Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Cruces: prueba superada

Se puede seguir abriendo la fiesta para que el Día de la Cruz sea lo que siempre ha sido: un día para disfrutar de la ciudad

La fiesta del Día de la Cruz en Granada ha superado una importante prueba este año. Era evidente su declive en los últimos tiempos. Todos recordamos el devenir de los acontecimientos. Tras unas cruces caóticas, en las que Granada se convirtió durante días en el escenario de un gran botellón, y la oportuna utilización política de ello poco antes de las elecciones municipales, el nuevo alcalde, Torres Hurtado, decidió la vuelta a las 'cruces tradicionales'. Ello significaba eliminar las barras de la calle; recluyendo la fiesta a espacios cerrados. El resultado fue el que se podía prever: las cruces iban perdiendo interés para la mayoría de la ciudadanía, que no quería salir a la calle para recluirse en el patio de un colegio sino celebrar el triunfo de la primavera en una ciudad engalanada.

Afortunadamente, se ha iniciado una nueva tendencia. No es que haya habido cambios radicales. Al final, sólo se han instalado tres barras en la calle y el horario de la fiesta se ha mantenido limitado. Sin embargo, el mensaje desde el Ayuntamiento ha sido distinto y la gente ha respondido. La prudencia era bienvenida en este caso, teniendo en cuenta los antecedentes. A partir de la experiencia de este año, se puede seguir abriendo la fiesta para que el Día de la Cruz sea lo que siempre ha sido: un día para disfrutar de la ciudad.

En este sentido, ha estado muy bien el control del aforo de las plazas para evitar aglomeraciones, el rigor al exigir el final de la fiesta y la limpieza inmediata de los lugares en los que se habían instalado cruces. No obstante, hay cosas que pueden mejorarse para los años próximos. En primer lugar, habría que plantearse que el 3 de mayo sea festivo en Granada. Eso de que algunos trabajen de 9 a 12, otros toda la mañana y otros el día entero, dependiendo del carácter público o privado de su actividad, o del lugar de la ciudad en que se desarrolla, no parece justo. Se trata de que desde primera hora de la mañana la gente tome una ciudad con el aspecto, y el tráfico, de un día festivo. En segundo lugar, debe mejorarse la limpieza posterior. Lo que se ha hecho en los lugares donde se ubicaban cruces debería extenderse a todo el centro. Han sido muchos miles de personas paseando por estas calles entre granadinos y visitantes hasta abarrotarlas. Con tal gentío siempre hay alguien a quien se le cae comida o bebida en la acera por la que transita. Y ello requiere una limpieza exhaustiva después de la fiesta. Son aspectos a tener en cuenta, una vez recuperado el Día de la Cruz como una fiesta para la ciudadanía.

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