Cambia, todo cambia

Despacito

Lo más urgente es sustituir a los gestores 'profusión'. Nadie se cree que puedan resolver el problema los mismos que lo han creado

El verano ya llegó, aunque por ahora ha sido "despacito" y suave, suavecito, como si la climatología quisiera dejar claro cuál va a ser la canción que oiremos miles de veces en los próximos meses, por si alguien consideraba pocas las reproducciones hasta la fecha.

Pero no podemos olvidar que, junto a la diversión y las vacaciones, la época estival supone también un repunte de las dolencias que sufre la población de las regiones cálidas como la nuestra, con especial incidencia en las personas más vulnerables, que sufren enfermedades crónicas o tienen edad avanzada.

Esto significa que en estos meses el sistema sanitario está sometido a más estrés, en el que se mezcla una mayor demanda con el necesario y merecido descanso de un personal que trabaja incansablemente para mejorar nuestra salud durante todo el año.

Por eso y porque la salud no puede esperar, cuando las plataformas contra la fusión hospitalaria firmaron un acuerdo con el Gobierno andaluz fijaron el 1 de junio como fecha límite para abordar las fases fundamentales de la desfusión.

Sin embargo, parece que la canción del verano se ha convertido en el lema gubernamental para nuestra provincia y todo va "despacito": 4 meses lleva sin hacer nada la Consejería de Salud para activar la desfusión, y las pocas medidas que han anunciado incluyen plazos que Granada no se puede permitir. Si no aceptamos la desconexión ferroviaria o el retraso en las obras del tren, mucho menos vamos a aceptar que la sanidad pública granadina siga maltratada por un modelo de gestión claramente ineficaz. Con la salud no se juega. Hacen falta ya medidas rápidas y contundentes que acaben con la provisionalidad y reduzcan las incertidumbres que afectan a quienes utilizamos la sanidad pública: el 99% de la población granadina.

Todos los servicios y unidades hospitalarias han señalado sus necesidades de plantillas, espacios, etc., así que a día de hoy las gerencias deberían publicar su propuesta para la desfusión garantizando la celeridad del proceso.

Se podrían organizar ya, con la premura que se merece, las urgencias de ambos hospitales, para que sean finalistas, acabando así con la masificación del Hospital Virgen de las Nieves.

Pero quizás lo más urgente sea sustituir a los gestores 'profusión'. Al igual que con la crisis económica, nadie se cree que puedan resolver el problema los mismos que lo han creado porque, como ocurre con los gurús de la economía neoliberal, siguen manteniendo sus posturas respecto a un modelo de gestión obsoleto, desastroso y, como es lógico, rechazado por todo el mundo.

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