Eta ya era un fantasma

Es imprescindible exigir a ETA que pida perdón y reconozca el daño irreparable a las víctimas y a sus familias

Desde finales de 2011, ETA ya formaba parte de la historia más negra de España derrotada absoluta y totalmente por la fortaleza de la democracia, de los partidos políticos democráticos y del conjunto del pueblo español.

Es por eso que el acto de ayer en Cambo-les-Bains (Francia) en el que se anunció la disolución definitiva de la banda terrorista, es para mi un acto solamente simbólico. Tiene trascendencia que ETA se disuelva sin haber conseguido ni uno solo de sus objetivos, pero ETA ya era un fantasma de nuestra historia.

Ahora no queda más que continuar con el apoyo incondicional a las víctimas de ETA y a sus familias porque han sufrido y sufren las consecuencias de los atentados terroristas y merecen que el relato que escriba esta historia sea el relato de las víctimas y no de los verdugos.

Soy partidario de que la democracia siga siendo inteligente en la gestión de esta parte final del proceso en el que el terrorismo certifica su derrota. Es imprescindible continuar exigiendo a ETA que pida perdón y reconozca el daño irreparable a las víctimas y a sus familias porque sin este requisito nada nuevo es posible.

Pero también merece consideración la posibilidad de medidas penitenciarias que normalicen la situación penitenciaria a quienes hagan público este reconocimiento y pidan perdón a las víctimas y a sus familias. Sería un acto más de la victoria de la democracia sobre los terroristas.

El relato de este proceso lo tenemos que ganar los demócratas. En este relato hay que poner en el lugar que corresponde a todos aquellos que desde los puestos de responsabilidad en el Gobierno de España y en el Gobierno Vasco hicieron posible esta derrota. Los Gobiernos del PSOE y del PP junto a los responsables de los gobiernos vascos del PNV y PSE, merecen nuestro reconocimiento por su importante labor.

Me permito señalar en especial al Presidente Zapatero y al Vicepresidente y Ministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, porque su labor fue definitiva para el final de la violencia en 2011; una labor injustamente criticada por quienes hoy nos gobiernan. La historia es así y así hay que contarla.

Pero hoy es tiempo para desterrar para siempre a este fantasma llamado ETA que solo merece nuestro más absoluto asco y desprecio.

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