ROSA DE LOS VIENTOS

Pilar Bensusan

Falcon Crest

LAS cosas que últimamente están sucediendo en la política nacional cada vez se parecen más a aquél culebrón yanki llamado Falcon Crest, en donde las intrigas y las mentiras más rocambolescas, el dinero y, por supuesto, los malvados, se entremezclaban con el lujo y los viñedos.

No hay quien dude de que nuestra Ángela Channing local, la jefa femenina del clan, es la Vice Vogue, cada día con un modelito nuevo, a cual más rosa, más feo y más caro, y cuya misión se reduce a intentar convencernos de lo imposible. El dueño de Falcon, cómo no, no podía ser otro que nuestro flamante ZP que, haciendo gala del nombre, utiliza un falcon del ejército español en menos que canta un gallo, ya sea para ir a un mitin, ya para irse de shopping a Londres con amiguetes. En fin, que como ningún presidente del gobierno hasta ahora había hecho un uso tan privado de un bien público, para salir del embrollo, los suyos arremeten ahora contra el PP con el dichoso tema del bodorrio de la hija de Aznar en El Escorial, que nada tiene que ver, a pesar de la horterada y la rimbombancia algo catetil del evento. Pero nuestro Falcon Crest tiene todavía más habitantes dignos de la famosa telenovela, como la hija díscola, indocumentada y bocazas, que pudiera perfectamente ser nuestra Ministra de Igual Dá, a la que muchos ya han bautizado como 'odiA', por su animadversión hacia los nasciturus; y, entre que estos no son seres humanos, el episodio de las tetas (con perdón) y el inolvidable de las 'miembras', ya va siendo hora de que papá la eche de casa a ver si la vida la pone en su sitio. Que la única cualidad para ser ministro en este país sea ser mujer demasiado joven, sin profesionalidad ni experiencia, o mujer embarazada para que te pongan al frente de un ejército desafiando psicodélicamente a toda la opinión pública, es verdaderamente triste, puesto que quienes dirigen la nación tienen que estar preparados y tener vocación de Estado y no ser titiriteros más progres que nadie y que a lo único que se dedican es a crear confusión, intranquilidad y cabreo en la sociedad.

Así, Doña Carme, con el lío de la gripe porcina en Hoyo de Manzanares y las supuestas violaciones de la intimidad de los militares afectados, con visita colegial incluida, hasta se lo ocultó a Trinidad, que se quedó de piedra cuando se enteró por los periodistas. Con razón, después se oyó a ambas decir que, entre la píldora del día después y la gripe A, estaban buenas. ¿Y qué me dicen de Chaves y el cambio de una norma para subvencionar a la empresa en que trabaja su hija? En fin, toda una mascarada bastante intrigante propia del onírico ZP y que tendría más éxito como culebrón televisivo. Eso sí, faltan el malvado chino Chu-Li y el cachas Lorenzo Lamas, pero pueden ser perfectamente sustituidos por Pepiño y López Aguilar. Hasta el próximo capítulo…

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