Gibraltar: evitar el 'fantasma' de la Verja

E L ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, presidirá hoy un nuevo encuentro de coordinación del grupo interministerial sobre Gibraltar para analizar las posibles consecuencias que el Brexit tendrá sobre el Peñón. A dicho encuentro, y cumpliendo un compromiso adquirido por el Ejecutivo central, asistirán representantes de la Junta de Andalucía y de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, compuesta por Algeciras, La Línea, San Roque, Los Barrios, Tarifa, Jimena y Castellar.

La presencia andaluza en la reunión es un acierto, porque aunque por su propia naturaleza el contencioso de Gibraltar es algo que corresponde manejar al Estado, lo cierto es que muchas de las decisiones que se pueden tomar afectan muy directamente a la vida cotidiana de miles de personas que viven en esta zona de Andalucía. Es una obligación para el Gobierno de España, y así lo reconoció en su día, el "seguir trabajando para la recuperación de la soberanía sobre Gibraltar", pero también de "promover la cooperación regional en la zona en beneficio de los habitantes del Campo de Gibraltar".

Actualmente, unos 8.000 andaluces -la gran mayoría, aproximadamente un 85%, de la Línea de la Concepción- cruzan todos los días la atípica frontera de Gibraltar para trabajar. Según un informe realizado en su día por la Cámara de Comercio de Gibraltar esto supone el 24% del total de los empleos que existen en la comarca y una ganancia en salarios de unos 130 millones de euros anuales. Evidentemente, el Gobierno de España debe hacer todo lo que esté en su mano para proteger, e incluso mejorar si es posible, estas cifras.

El gran temor de los trabajadores andaluces es que el Brexit suponga el endurecimiento de una frontera que ya de por sí es atípica (actualmente se exige la presentación del DNI y se realizan registros aduaneros, algo que no pasa, por ejemplo, en la frontera con Portugal). En este sentido, hay que evitar a toda costa el fantasma de la Verja, el fracasado aislamiento de Gibraltar que intentó el franquismo para la legítima recuperación de la colonia británica, pero que, como ya sabemos, sólo sirvió para endurecer el rechazo de los llanitos a España. El Gobierno debe intentar, en lo posible, que esta frontera, con Brexit o sin él, sea lo más permeable posible.

Gibraltar debe volver a la soberanía española por medios diplomáticos y pacíficos, pero mientras tanto hay que tener muy en cuenta los intereses de la población del Campo de Gibraltar. Es más útil la seducción y la construcción de intereses comunes que cualquier tipo de cerrojazo.

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