Si no ocurre nada extraño, mañana el Pleno del Ayuntamiento va a reprobar al alcalde. Básicamente se trata de una regañina pública sin más repercusión, que está plenamente justificada por la imputación que pesa sobre Paco Cuenca desde hace un año. Pero además de por esta razón, algunos hemos apoyado esta reprobación porque 18 meses después de su toma de posesión, el Gobierno socialista sigue preso de la misma falta de compromiso que llevan demostrando desde que abandonaron a la ciudadanía granadina en la reivindicación por los dos hospitales completos.

Incapaces de proponer un proyecto de ciudad diferente al de la corrupción del PP (con el que acaban de pactar subirnos el IBI), necesitan un tirón de orejas para que los 18 meses que les quedan no los perdamos como perdimos los 13 años de Gobierno de Torres Hurtado y Sebastián Pérez.

Frente a esta realidad, ayuntamientos de capitales como Madrid o municipios cercanos como Atarfe, constituyen el mejor ejemplo con el que contamos para cambiar el gobierno de Granada. Sus características principales constituyen una referencia muy útil para abordar con garantías dicho cambio. Candidaturas ciudadanas donde las siglas y las estructuras de los partidos se repliegan en favor de un proyecto de ciudad compartido con sectores amplios de la sociedad. Candidaturas locales donde se atienden las necesidades de las personas que habitan cada uno de los municipios que representan. Candidaturas en red que no piensan en la competencia entre localidades sino en la cooperación no jerárquica para mejorar la vida de la gente, primero en ámbitos cercanos (metropolitano, comarcal, provincial), y posteriormente en redes mucho más amplias donde los municipios toman un papel protagonista en el cambio político que necesitan Andalucía, España y Europa.

Por eso es fundamental que Granada decida y apueste por un gobierno del cambio. Este debe ser un proyecto compartido con la sociedad civil, donde los partidos y organizaciones que quieran participar lo hagan renunciando a sus siglas y al control por parte de sus estructuras a partir del principio de "una persona un voto", como ocurre en las candidaturas ciudadanas del cambio. Además, en Granada debemos desarrollar un proyecto específico, que priorice las necesidades de este territorio y que evite el maltrato institucional y el abandono que hemos sufrido por la vieja política, cuyos proyectos han estado siempre supeditados a los intereses personales de unos pocos y a las necesidades de otros territorios. Finalmente, es clave trabajar por una forma de cooperación no jerárquica con los municipios del área metropolitana de Granada con los que compartimos problemas y necesidades que obligatoriamente deben resolverse en este ámbito territorial.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios