Cambia, todo cambia

¿Granada se mueve como Europa?

En Granada el Gobierno local se centra en reformar las líneas de autobús sin modificar el modelo de ciudad del PP

Hace quince años, cuando se estaba decidiendo cómo sería el metro de Granada, la Junta de Andalucía organizó un viaje por varias ciudades europeas para que representantes políticos y personal técnico pudieran conocer de primera mano sus sistemas de transporte urbano por raíles. Tengo algunas dudas de que este tour con todo pagado fuera muy útil para el diseño final del Metropolitano, pero de lo que sí estoy seguro es de que nuestra ciudad y quienes la gobiernan tienen que mirar con atención los fracasos y sobre todo los éxitos de las políticas de movilidad en otras ciudades medianas similares a Granada.

Ayer fue el día de Europa, y qué mejor momento para recordar algunas de las recetas del éxito de ciudades europeas como Friburgo (Alemania), que precisamente está hermanada con Granada por sus grandes parecidos. A pesar del frío, allí el 30 % de los viajes son en bicicleta y su transporte público ha robado casi un 10 % del tráfico al vehículo privado gracias a tarifas bajas, a una red de tranvías que atraviesa toda la ciudad (incluyendo el centro histórico), y, entre otras cosas, a una coordinación muy eficiente del transporte urbano y regional.

Pero no podemos olvidar que la clave para la vida de las ciudades es la mejora y la ampliación del espacio público al tiempo que se limitan los vehículos a motor, reduciendo su velocidad e incluyendo amplias zonas de tráfico restringido. Friburgo, como otras ciudades europeas, es valorada por aplicar estas medidas, aunque la climatología de nuestro país y la valentía de algunas corporaciones municipales ha permitido que aquí tengamos también excelentes ejemplos de ciudades amables para la gente. Destaco Pontevedra, donde los coches no pueden superar los 30 km/hora en toda la ciudad, y los aparcamientos gratuitos de la periferia protegen un amplio sector libre de tráfico de tal manera que un 75 % de los desplazamientos son a pie o en bicicleta.

Sin embargo, en Granada el Gobierno local se centra básicamente en reformar las líneas de autobús sin modificar el modelo de ciudad del PP, cuya crisis pagamos diariamente. Siendo necesario mejorar el transporte público urbano y coordinarlo con el metropolitano, es fundamental (rápido y barato) recuperar el espacio público limitando los automóviles y facilitando el uso peatonal y ciclista en una ciudad con un tamaño perfecto para esto.

En lugar de gastarse el dinero en plenos extraordinarios sin contenido y sin resultados, Francisco Cuenca podría comprarse un billete de Interrail para recorrer este verano ciudades como Pontevedra o Friburgo. Quizás así saldría de la parálisis que le impide ver una Granada diferente en el horizonte.

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