Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Y Granada sí...

Se trata del Reino independiente que más ha perdurado hasta la constitución del Estado moderno

Para la constitución de un territorio diferenciado que pueda alcanzar el estatus de Comunidad Autónoma en esta España completamente descentralizada en autonomías, unas históricas y otras prefabricadas hace 40 años al gusto de unos cuantos que manejaban el cotarro político en aquellos tiempos, aunque no se necesitan más requisitos que la invocación del artículo 144 a) de la Constitución Española, desde el punto de vista de la conformación sólida de una región propia es importante reunir unas peculiaridades que le impriman el carácter propio.

Y que conste que no estamos ante el cisma de occidente y oriente, que la Constitución legitima la posibilidad de que se creen nuevas Comunidades Autónomas uniprovinciales -artículo 144 a)- o con varias provincias -artículo 143-, y hasta que varias islas se separen de Baleares o de Canarias sin problema, porque esto no es algo contra legem, sino todo lo contrario, la Norma Suprema del ordenamiento jurídico habilita para ello, precisamente porque lo que decidieron los padres de la patria -o de las patrias- podría demostrarse equivocado con el paso del tiempo, como así ha sido, y, por ello, con buen criterio, la Constitución articuló tal posibilidad.

Sentado pues esto, así como la constatada equivocación de constituir una Comunidad Autónoma tan grande como Portugal, como es Andalucía, sobre la que, tras cuatro décadas, es más que patente el desequilibrio territorial entre la Andalucía Occidental y enriquecida y la Oriental y empobrecida, analicemos las características de este territorio para constatar si en verdad existe una identidad singular y diferenciada.

Características históricas propias. Y Granada sí... evidentemente las tiene, toda vez que se trata del Reino independiente que más ha perdurado hasta la constitución del Estado moderno, conservando sus honores con posterioridad durante siglos, hasta la penosa división territorial de Javier de Burgos en 1833. Incluso el escudo de la bandera de España mantiene la granada como símbolo independiente en reconocimiento a la distinta identidad de nuestro territorio.

Diferenciación territorial. Y Granada sí... evidentemente que también la tiene, extendiéndose a tierras de Almería, Jaén, e incluso de Málaga. Hecho diferencial mantenido durante siglos en el ámbito institucional, militar, judicial y religioso.

Cultura, carácter, idiosincrasia, costumbres, habla, etc. con marcada singularidad. Y Granada sí… los tiene, y muy diferentes a los de la Andalucía jaranera y folklórica, con la que en nada se identifica, a pesar de la continua imposición costumbrista a la que nos tiene acostumbrados el sevillanismo profundo e institucionalizado.

Y finalmente, el sentimiento… y Granada sí que lo tiene, y muy marcado entre todos estos hombres y mujeres, que seremos todo lo provincianos y paletos que quieran los sevillanos, pero no ignorantes… Ese poderoso sentimiento de no pertenencia a un ente artificial creado a capricho de los incondicionales de Blas Infante, ente que no nos ha dado nada, y que nos ha quitado lo poco de lustre y esplendor que nos quedaba. A la vista está que Granada sí… sí que puede…

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