Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Hienas

Como dijo Rajoy, Barberá era "una buena persona, decente y trabajadora". Y me consta, porque la conocí y la traté

Leo en El Mundo un reportaje que en lo sustancial se ha reproducido por agencias, debido a la pluma, por no llamarle puñal, de dos periodistas de cuyo nombre no quiero acordarme, que ponen en claro las causas del fallecimiento de la que fue durante 24 años alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Recordarán que se le implicó en un caso de blanqueo de capitales, por lo que su partido se vio obligado a expulsarla ante el dilema de eso o de renunciar al acta del Senado, con los privilegios judiciales que comporta. Se le acusaba de entregar 1.000 euros de su cuenta, para recibir después dos billetes de 500, con objeto de financiar su campaña municipal. Y lo recuerdo por si alguien no sabe la razón de su encausamiento y de su ruina posterior.

Estaba en Madrid para declarar ante el Tribunal Supremo, precisamente en la causa de que se trata, y en la noche del 23 de noviembre falleció en el hotel en que se hospedaba. Había sido objeto de una campaña terrible y se dice que incluso había recibido amenazas para que abandonara el Senado y con anónimos que incluían un par de balas.

A la hora de las declaraciones, compañeros de partido atribuyeron su fallecimiento a no haber podido soportar la campaña de acoso político y mediático que, ciertamente, fue de las más duras que se recuerdan, como si fuera autora de la mayor indecencia política, cuando era, como dijo el presidente del PP, "una buena persona, decente y trabajadora". Y me consta, porque la conocí y la traté años atrás. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, declaró que fue expulsada del partido para evitar su linchamiento "pero las hienas siguieron mordiendo". Para José María Aznar, el responsable de su muerte fue Rajoy, por haberla expulsado del partido al que tantos servicios prestara. Fue Celia Villalobos quien tuvo que decir que "Aznar no lleva razón".

Gracias a esos sagaces periodistas de El Mundo conocemos hoy la verdadera causa de la muerte de Rita Barberá. Dicen disponer del dictamen del forense en el que consta la autopsia y en el que se atribuye el fallecimiento a "cirrosis irreversible". No aclaran como obtuvieron ese dictamen, que es un documento confidencial y no público. Para mejor comprensión del lector, refieren un tropezón de la señora Barberá cuando iba a declarar ante el TS; nos cuentan su cena, consistente en una tortilla y un whisky y para que no quepa ninguna duda de la causa de su muerte titulan, como exclusiva, La mató su hígado. No sé si estos periodistas optarán a algún premio. El que tienen ganado es el de hienas.

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