Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Holocausto palestino

Europa no puede mirar a otro lado ante la tragedia de los palestinos frente al poderoso e implacable Israel

El mundo reaccionó horrorizado al descubrir, tras finalizar la segunda guerra mundial, el holocausto que los nazis llevaron a cabo contra los judíos, no sólo de su país, sino de las naciones ocupadas. Los crímenes, la persecución, el éxodo culminó con los que murieron en campos de concentración o en aquellos hornos crematorios a los que fueron conducidos millones de hombres, mujeres y niños, que escribieron con su sufrimiento lo que puede considerarse el acto de odio más monstruoso de la historia de la Humanidad, realizado por un régimen nacido en la patria de Beethoven, Schiller, Goethe y tantos creadores, faro de lo más glorioso de la creación humana.

Buscar una patria para los descendientes de aquellas víctimas era difícil, pero, tal vez, no se eligió el lugar más adecuado. El Estado de Israel, creado a costa de tierras que tenían legítimos dueños, originó guerras cruentas con los países árabes, con centenares de miles de muertos y, finalmente, territorios ocupados en Cisjordania y la franja de Gaza y un desequilibrio total entre un Israel poderoso y unos seres pisoteados que forman parte de otro holocausto. Sólo desde el año 2000, según datos de B'Tselem -Centro de Información israelí por los Derechos Humanos en los territorios ocupados- han muerto 9.476 palestinos en Israel y los territorios ocupados de Cisjordania y la franja de Gaza, frente a 1.246 israelíes. En 2014, los bombardeos judíos, en menos de dos meses -8 julio al 26 de agosto- mataron a 2.310 palestinos, destruyeron 18.000 viviendas y dejaron a 108.000 familias sin hogar.

El pasado día 14, con motivo de las protestas por la inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, francotiradores israelíes y drones de gases lacrimógenos mataron a 62 personas, entre ellas niños, e hirió a 2.777, de bala y metralla, mientras la atildada hija de Trump inauguraba, con toda pompa, la provocadora embajada en un lugar que es centro neurálgico de varias religiones. Es uno más de los episodios sangrientos ante los que Europa, la que sufrió el holocausto nazi, no puede mirar a otro lado ante la tragedia de los palestinos frente al poderoso e implacable Israel. No puedo aplazar más este comentario. Tendré tiempo para leerme los 1.700 folios de la sentencia Gürtel y ver las consecuencias en la política española.

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