Cuantificar el impacto socioeconómico de un evento de gran magnitud se ha convertido en el único modo de justificar determinadas apuestas realizadas desde las instituciones. Lo fue con el Mundobasket, que tuvo a Granada como sede, y que una auditoría encargada a la consultora Deloitte elevó el impacto hasta 25 millones de euros. Y lo es ahora, con el Mundial de esquí artístico vivido en Sierra Nevada. ¡Ojo al dato!, que diría alguno: 63 millones. ¿De cuál se acuerda usted?
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