Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Inmersión

El PSOE de Pedro Sánchez emite señales confusas sobre el desafío catalán y Andalucía guarda silencio

Tras las primarias que devolvieron el liderazgo del partido al defenestrado Pedro Sánchez y frustraron las aspiraciones de Susana Díaz de liderar el PSOE, el socialismo andaluz entró en una especie de inmersión durante la que ha evitado a toda costa emitir opinión alguna sobre temas nacionales que pudiera interpretarse como una injerencia en las labores de la nueva dirección. Era una política destinada a bajar la tensión de un partido que en algún momento ha bordeado la ruptura. Pero que no ha podido llegar en peor momento. Sánchez no se ha distinguido nunca ni por la claridad de conceptos ni por la determinación de sus opiniones. Su vuelta a la primera fila nacional ha coincidido, mala suerte pare él y para el PSOE, con el momento más grave del desafío soberanista catalán y, por lo tanto, cuando más necesario era que la principal fuerza de la oposición en España y un partido que forma parte de la misma base del sistema democrático emitiera señales claras. Ha sucedido todo lo contrario: los socialistas se mueven en los mensajes confusos y en una falta de claridad que no puede ser fruto ni del desconocimiento ni de la casualidad. A Pedro Sánchez, que se lía con la nación tanto como con la plurinación, le falta visión de Estado y eso en una situación tan delicada como la que ahora mismo atraviesa el país es un déficit grave que puede complicar las cosas todavía más de lo que ya lo están.

El contrapunto tendría que haber venido desde Andalucía, donde Susana Díaz ha mantenido siempre un discurso inequívoco con respecto a la cuestión de la cohesión nacional. Lo hizo durante la campaña de las primarias como lo había hecho antes desde la instancia de poder regional más importante que tenía y tiene el PSOE. Fue precisamente esta actitud -y el papel que jugó el PSC y su primer secretario, el siempre poco claro Miquel Iceta, en la campaña de desprestigio contra Díaz- una de las claves de lo que pasó en las primarias.

Con el Congreso del PSOE regional que se celebra este fin de semana debe terminar el silencio de los socialistas andaluces y de su principal dirigente sobre el riesgo que corre la unidad nacional porque otra cosa se interpretaría como pasividad ante un problema grave. Susana Díaz y el partido en el que reforzará su liderazgo a partir del próximo domingo tiene que lanzar un mensaje claro. Aunque ello suponga desmarcarse de la línea oficial que quiere imponer la dirección de la calle Ferraz. España entra en unos meses en los que no van a valer las medias tintas y en los que habrá, obligatoriamente, que explicitar posiciones.

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