Alegar nacionalismo alguno desde el ámbito de la izquierda es algo carente de una explicación lógica. Ampliamente discutibles son los argumentos ideológicos que proponen izquierdas y derechas para llegar al mismo fin, pero no creo que sea motivo de no coincidencia aceptar que ser de izquierdas y nacionalista sea compatible.
Sorprende por tanto cómo se dejan utilizar quienes se declaran políticamente de izquierdas para empujar a favor del proceso secesionista catalán, sabiendo, como saben, que la codicia de las élites económicas y políticas del tres per cent son el motor que mueve y financia eso que llaman la construcción de un un nuevo país en forma de república.
Cuando acudes a un mínimo argumento de sus protocolarios prospectos adoctrinadores lo primero que se lee es el España nos roba como eslogan maestro sobre el que construyen su explicación. Y se lo creen. Claro que también se creen que el comunismo es la solución.
No están muy lejos de ser como los británicos que se dejan convencer por el xenófobo Nigel Farage y su euroescepticismo del "Bruselas nos roba". No me negarán que los argumentos del procés no se parecen a aquellos que también usaban los ultras de derecha alemanes o nórdicos cuando acusaban a los PIGS del sur de la UE (Portugal, Italia, Grecia y España) de robar los fondos al norte próspero y ahorrador. Tal que la derechista Liga Norte decía de "Roma, ladrona".
En Cataluña algunos quieren imponer su frontera, y esas izquierdas de allí les hacen el trabajo de construir muros a beneficio de la burguesía que se beneficia (o eso pretenden). Otro muro. Lo mismo que propone hacer Donald Trump en la frontera de México. Curiosa coincidencia. Dicen buscar la independencia, pero tiene pinta de que conseguirán su propia ruina.
Los beneficiados económicos de la secesión ponen por delante a los más vulnerables, para que reciban los golpes de porra defendiendo sus sentimientos, a la misma vez que sus líderes huyen de la primera línea de carga, cambian de coche bajo un puente para engañar a la verdad, quintuplican los mossos que guardan la puerta de su casa o mandan proclamas a las barricadas en ruedas de prensa.
Esta rebelión de los ricos del procés es un alegato contra los pobres de "la resta de l'Estat". Y los izquierdistas del territorio se unen a esa intención egoísta con banderas de Marx adornando su proclama. Es una especie de izquierdismo inverso, una sorprendente actitud de la izquierda de siempre aliada ahora con la derecha contra la que antes luchaba. Sorprendente. Más aún ver a Podemos, UGT y CCOO entendiendo ese proceso. La ideología ya no es lo que era.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios