La colmenala colmena

Magdalena Trillo

Jóvenes a los 90

EMPLEO fijo, sueldo más que digno y un horario 'sensato' que permite 'conciliar'. Es decir, vivir. Hoy, más de 11.000 personas se están examinando en Granada para conseguir una plaza al cuerpo de maestros de Infantil y Primaria. Educación ha lanzado una oferta histórica de 6.009 vacantes en toda Andalucía. Se presentan aspirantes de toda España. En unos días, unos pocos privilegiados habrán logrado su sueño de ser funcionarios y otros miles deberán hacer cola a la espera de una segunda oportunidad.

Hablamos de los elevados índices de desempleo para justificar el incremento de las solicitudes, pero la realidad es otra. La sociedad está cambiando y los valores también. Esas plazas las queremos todos. Los que están en paro, los que tienen un trabajo-basura y los que nos levantamos todas las mañanas pensando que somos unos "desgraciados". No lo digo yo. Lo dice Berlusconi. Asegura que la última polémica por el supuesto pago de mil euros a chicas jóvenes para que asistan a sus fiestas es una "basura". ¡Una basura inventada por nosotros, claro! "No me detendrán estas agresiones y seguiré trabajando como siempre para bien del país", advierte el nuevo 'rey' del espectáculo (en sentido más que literal), del todo vale (sin excepciones de ningún tipo) y sin esfuerzo (quien le haya visto sudar la camiseta, que por favor cuelgue el vídeo en Youtube).

Tampoco el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, está demasiado contento. Ha acusado a la prensa internacional de orquestar un complot en su contra y de dar una imagen negativa y errónea de Irán. Es lo que pasa con esto de dedicarse a informar, que al final siempre tiene la culpa el mensajero. Y más te 'quemas' cuando desciendes al plano local; por una u otra razón siempre terminas apaleado.

Por eso, cuando el otro día uno de los ponentes que participaba en Almuñécar en la Escuela de Verano de la Diputación nos preguntaba a un grupo de periodistas si estábamos "preparados" para vivir hasta los 90, la reacción de pánico fue unánime. Sólo una aclaración nos hizo dudar: hablaba de 'vivir' y no de trabajar. Aunque en nuestro caso nunca se sabe...

Estoy pensando en el excepcional caso del cirujano Enrique Moreno. El maestro de los trasplantes. Una noche con Dios, se titulaba el reportaje que leí hace poco en El País. Catedrático de Patología Quirúrgica, jefe del servicio de cirugía general, académico y premio Príncipe de Asturias. Un héroe anónimo. A los 70 sigue echando 14 horas en un quirófano sin derrumbarse. Veo la burbuja de su quirófano. Helado. Aséptico. Dicen que se sonda para no perder tiempo ni en orinar. Los enfermos no esperan. Por ellos sigue ahí. Está dispuesto a morir con las botas puestas. Le apasiona su trabajo. Pura adrenalina. Nuestras profesiones no tienen nada que ver, pero las burbujas en que nos sumergimos no son tan dispares: cuando el reportero le pregunta cuándo descansa, le contesta que "a ratos, como los buenos periodistas".

Pero empiezan a escasear los buenos cirujanos y los buenos periodistas. El sistema envejece y no quedan muchos 'locos' como el doctor Moreno. También aquí los medios tenemos nuestra parte de culpa y de responsabilidad. Y esta vez con razón. Nos lo recriminaba el profesor Berzosa: "La vida ha cambiado y no lo estáis viendo. ¡No lo estáis contando!". Es la burbuja, que nos sigue absorbiendo. Ahora queremos ser funcionarios. Y llegar a los 90 jóvenes, sanos y sabios. Con tan pocas arrugas como nos prometen los miles de potingues que cada día nos dicen que somos unos desgraciados.

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