La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Jurar, prometer, provocar

No hay medias tintas: o se acata la norma o se declara su desacato, con las consecuencias que deban derivarse

No pretenden sólo ejercer su derecho a la libertad de expresión, sino utilizar el momento emocionante de su toma de posesión para exhibir su humillación al Estado español. Burlan el protocolo legal porque quieren dejar constancia de su irrespetuosidad a nuestras leyes, que también son las suyas.

Proponen nombrar a políticos prófugos y presos como consellers. Otra provocación. Debe ser ese el diálogo que pidió el sustituto de Puigdemont. Carles y Quim buscan el victimismo, ofendiendo primero. Su afrenta se une a las cotidianas de TV3. No juran la Constitución pero si prometen guerra con la paz de sus provocaciones. Contra el no acatamiento formal de nuestra Norma Fundamental del Molt Honorable, el gobierno sigue en quietud poco edificante. Esa humillación les enerva poco.

Se deslegitima con pasotismo la deconstrucción de la democrática ceremonia de acatamiento a la Constitución española. Asumen con indolencia de perdedores esa batalla formal. No sería de extrañar que surgieran nuevos discrepantes a partir de ahora que sigan la inercia de ese mal ejemplo de Torra, antes de Mas y Puigdemont. Nada que no arreglara una ley de toma de posesión mucho más explícita y clarificadora que la actual, que deje a los jueces poco margen de interpretación. PSOE y C's ya la han prometido. A ver qué opina el PP.

El desacuerdo con las leyes, ni su desconocimiento, eximen de su cumplimiento. Tan democrático es aceptarlas como intentar cambiarlas. Pero una ley en vigor debe cumplirse. No hay medias tintas: o se acata la norma, aun por imperativo legal, o se declara su desacato, con las consecuencias que deban derivarse. Tomar posesión como autoridad democrática es adquirir públicamente un compromiso personal de defensa del mismo marco legal por el que se accede al trono temporal. Obviar eso es faltar al respeto debido a quienes se representa, que no son sólo sus votantes.

Si un presidente de la Generalitat dice en su jura o promesa lo que le da la gana, nada impedirá a otros insurrectos usar su fórmula particular para prometer en nombre del Ché Guevara o Fidel Castro, cumplir con sus deberes con respeto a Mafalda o al capitán Trueno, con lealtad al rey Elvis, a Darth Vader o a Roberto Alcázar y Pedrín. Por imperativo artístico. Y al final añadir: vendo R5 en buen estado. Ya puestos.

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