La bitácora

Félix De Moya

La Ley de Bok

ES un tema recurrente en los medios de comunicación desde el comienzo de este siglo la entrega cíclica del informe PISA. La OCDE desde el 2000 nos viene ofreciendo cada tres años una actualización muy detallada del nivel que alcanzan los estudiantes de 15 años de más de 50 países en la capacidad que tienen de aplicar conocimientos y destrezas en materias clave así como de analizar, razonar y transmitir ideas con eficacia. El informe no se limita a analizar las competencias adquiridas por los alumnos, sino que trata de indagar en sus motivaciones y estrategias en los procesos de aprendizaje.

La situación de España se convierte cada trienio en noticia de portada. Los resultados globales de los quinceañeros españoles nos colocan como país muy por debajo de la media de la OCDE y, a la luz de los comentarios suscitados por las diferentes entregas en las que hemos participado, no parece que la tendencia sea precisamente muy favorable. Analistas de uno y otro signo encuentran en los números del PISA argumentos para justificar las bondades o maldades de la reforma educativa precedente. Pero, al margen del uso como munición arrojadiza que del informe hacen los políticos, algunas de sus conclusiones generales me parecen motivo de reflexión, especialmente tras el anuncio realizado no hace mucho de que la OCDE trabajará en la preparación de un PISA para universitarios al que por cierto España parece haberse adherido.

Los informes presentados hasta la fecha confirman con reiteración el vínculo existente entre niveles socioeconómicos de los estudiantes y puntuaciones obtenidas. Así mismo, parece haber en los resultados evidencia suficiente de que el nivel cultural de las familias también afecta a los resultados educativos de los estudiantes. Alguien a propósito de estas conclusiones podría decir que para ese viaje… Pero lo que me ha parecido más significativo del informe es que algunos (muy pocos) países han conseguido que sus sistemas educativos sean casi insensibles a las diferencias socioeconómicas y culturales de las familias. Lo que se manifiesta en el hecho de que los estudiantes que pertenecen a diferentes entornos culturales y económicos alcanzan resultados que son independientes de dichas pertenencias. En conclusión, sigue existiendo una relación positiva entre los niveles de gasto en educación y las puntuaciones logradas por los adolescentes (un clásico). La solución a esto está contenida en la famosa Ley de Bok "If you think education is expensive - try ignorance'"("si piensas que la educación es cara, prueba con la ignorancia").

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