Caso fortes Conflicto en la Universidad de Granada

Andrés Soria Olmedo

Lugares intelectuales

A partir del propio díptico anunciador de la conferencia ofrecida por Fortes el pasado miércoles, el profesor Soria disecciona su pensamiento, sus ataques a Lorca y la "extraña" posición del responsable de la Cátedra

EXTRAÑA que Antonio Carvajal, actual director de la Cátedra Federico García Lorca de la Universidad de Granada, haya declarado lo siguiente al periódico Granada hoy (viernes, 24 de abril de 2009), a propósito de la conferencia de José Antonio Fortes El lugar intelectual del Romancero gitano, pronunciada el pasado miércoles 22 de abril: "Me he preocupado de leer a Fortes y no he leído en ningún sitio que Lorca era un fascista". Extraña porque el díptico anunciador de esa conferencia, editado, sufragado y distribuido por la Cátedra para la ocasión (la de celebrar el ochenta aniversario del Romancero gitano) termina con esta frase: "Porque, de otra parte, FGL lleva esta caricatura "gitana" a la parodia social y a la provocación política; esto es, a la aporía "superior" (intelectual, ideológica, pero también política, etc.) que material e históricamente se reconoce y se entiende como fascismo".

Es cierto que para darse cuenta de lo que está escribiendo Fortes hay que suplir sus carencias sintácticas, léxicas y conceptuales, lo que a veces es inaccesible al entendimiento corriente: por ejemplo, de la frase de marras se deduce que Fortes ignora el significado del término "aporía" y que a la vez piensa que el fascismo es una aporía, salga lo que saliere. Lo único que queda en pie es esa afirmación que tantos malos ratos ha costado: Fortes ha escrito que Lorca era un fascista.

Para dar esa frase por no leída o no entendida hay que ser muy indulgente con una prosa ( o broza) del siguiente tenor (sigo citando el mencionado díptico):

"De otra parte, ha puesto en medio del "paraíso de Andalucía" una abstracción, una caricatura, una "criatura de creación" que resulta un "fenómeno" de feria ("andaluza" por supuesto: "el fenómeno andaluz") […] hecho carne entre nosotros el "primitivo pueblo" o "buen salvaje" (a imitación de Rousseau), que […] constituye un burdo atentado contra el pueblo campesino andaluz; constituye una acción directa más dentro de la estrategia política del populismo en su paso a neopopulismo, esto es, dentro del terrorismo ideológico de clase y de Estado organizado contra el pueblo con conciencia de clase o pueblo revolucionario, pueblo proletario, pueblo campesino. Porque la política populista sólo ve y entiende como "pueblo" al "pueblo bueno" y "primitivo", al "campesino bueno" y "primitivo", al "obrero bueno", dejando fuera de la historia, de la realidad, de la literatura, etc., al "pueblo/campesino/obrero" malo, esto es, revolucionario, luchador, rebelde, con conciencia de clase que así queda ideológica y finalmente vencido, borrado, destruido, inexistente, inescrito".

Hagamos un breve comentario de este texto, en busca del lugar intelectual del propio Fortes. ¿Qué quiere decir? Si logramos abrirnos paso por la maraña de frases y palabras entrecomilladas sin criterio (la norma es poner entre comillas el texto ajeno, y aquí no hay modo de saberlo) entrevemos que al parecer Fortes quiere decir: 1) que la imagen del pueblo que aparece en el Romancero gitano está falseada, 2) que atenta contra la del pueblo auténtico y 3) que esa imagen falsa impide que exista la verdadera.

Bien. Veamos cómo lo argumenta: 1) parece opinar que, como el Verbo de Cristo, el pueblo andaluz se hace carne como buen salvaje "a imitación de Rousseau" ¿Rousseau era salvaje? ¿Y bueno? No seas sarcástico, dice la voz de la conciencia, se está refiriendo al mito del buen salvaje, empleado por Rousseau. Ya, pero esa inferencia la hace la cultura general del lector sin la ayuda de Fortes, desdeñoso o ignorante de las concordancias, replica el comentarista.

2) En cambio, lo que sí se percibe con claridad es la opinión que le merece esa imagen falseada ("caricatura") del pueblo. La considera "un burdo atentado" contra el pueblo de verdad; qué digo, "una acción directa más". Si en la frase citada al comienzo de este artículo Fortes colocaba el Romancero gitano en el lugar del fascismo, en el texto que comentamos -impreso unas líneas antes- lo tenía ya colocado en el lugar del terrorismo de Estado. Nada menos. Y no es un hecho aislado, se inscribe dentro de una estrategia, la del " populismo en su paso a neopopulismo" [sic]. Esta transición entre dos conceptos historiográficos de fabricación casera queda radicalmente opaca y sin explicar, pero implica que el Estado -que por supuesto es terrorista- atenta contra el pueblo. Mediante esa imagen falseada que Lorca planta en medio de Andalucía. 3) Y es un terrorismo tan efectivo que consigue dejar al pueblo verdadero (aunque en la descripción de Fortes -"revolucionario, luchador, rebelde"- tiene la misma veracidad que en un cartelón maoísta) en una condición inaudita y nunca vista, tan fatídica que Fortes tiene que inventarse una palabra para ella: lo deja "inescrito". Y todo eso lo logra el Romancero gitano sin ser citado ni una sola vez por el crítico.

En fin. ¿Será verdad, como dijo alguien, que Fortes se mueve en un marxismo de cuarta? ¿Se agitará la momia de Lenin recordando lo que escribió sobre la enfermedad infantil del comunismo? Por otro lado (o "de otra parte"), reléase la frase copiada más arriba, por ejemplo en voz alta, pensando en la posible correspondencia entre la claridad mental y la capacidad de expresarse por escrito.

No cabe debate alguno. No cabe considerar estas frases como expresión de una "posición crítica" en diálogo o debate o contraste con otras. El lugar intelectual de JAF es demasiado bajo y pobre. Es ínfimo.

En cambio sí cabe preguntarse por qué el herrero más hábil -eso dijeron- del verso español, ahora revestido con el doble manto de la teoría de la literatura y la literatura comparada ha sido tan indulgente y ha estado tan desatento en esta ocasión. Qué pasión triste le ha cegado el entendimiento.

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