La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

MHP Puigdemont

Usted quiere que la supremacía alegal y egoísta tenga una opción preferente donde siempre hubo equidad y equilibrio

Molt Honorable President Puigdemont: sus hechos políticos vienen envenenados por la mala hierba de las verdades a medias, mentiras en subjuntivo y realidades en libertad condicional. Ensoñaciones y vestugos que impiden y carcomen el tronco común del futuro. Me hiere que se empeñe ud. en oscurecerlo porque su codicia venza a la razón.

No le perdono, porque si bien perdonar es un juicio breve e inmediato basado en el sentimiento cristiano de la humildad, usted no me provoca esa necesidad por su soberbia e irresponsabilidad, y su impugnable manera de ejercer un cargo para el que prometió acatar las leyes que hoy no cumple.

No le perdono que haya conseguido con sus hilarantes sueños de grandeza, imposibles de pisar firmemente en este mar de dudas en el que ha convertido a Cataluña, que desde fuera, se mire a la cuna de Miró, Dalí, Casals, Marsé, E. Mendoza o Vázquez Montalbán, más con los ojos del odio que provocan sus desprecios a lo español, que con el placer que nos dejaron quienes hicieron de la universalidad artística de Cataluña un punto común de encuentro. Empobrece ud. a Cataluña, president, y la historia le hará pagar por ello.

No le perdono Carles, por provocar una profunda separación entre aquellos catalanes que siempre amanecieron juntos, y que ahora prefieren no quedar ni para cenar, acompañar a la abuela en su cumpleaños o ir juntos a ver al Barça, porque no quieren fracturar más lo que aún les une. Ha herido ud. eso tan común entre amigos hasta hace muy poco de buscar en un café el dulce sabor de la amistad que permitían las ideas, aun distintas. Es amargo saber cómo de dura es la realidad de esa fractura por su culpa, president.

No le perdono president, porque a pesar de saber bien que su temerario viaje no iba a ninguna parte más que a agrandar el muro que nos divide (y que tanto trabajo costará demoler cuando despierten de su sueño), se empecina en oprimir al discrepante para sobredimensionar lo propio. Ud. quiere que la supremacía alegal y egoísta tenga una opción preferente donde siempre hubo equidad y equilibrio entre quienes estaban, y quienes llegaron; entre quienes buscan ser una piña, y los que pretenden ser mejores en soledad, sin aceptar que solos, les irá peor.

No le perdono, Carles, por aventar esos vientos separadores altamente gangrenados por quienes pretenden reescribir la historia con la ciega vanidad de su insolidaria codicia. MHP Puigdemont: no le pido que sea ud. español a la fuerza, allá usted, pero sí que respete la democracia en España y esa Constitución que parieron, entre otros, Solé Tura o Miquel Roca. ¿Le suenan?

Atentamente.

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