Desde la banda

José Parejo

Un Madrid de cine

POSIBLEMENTE, muchos de ustedes no se hayan enterado de la última película de nuestro queridísimo equipo blanco. No cuento esta historia para que nos consolemos en Granada y extrapolemos, salvando la distancia, lo que ocurre en el nominado mejor equipo del siglo y lo que sucede en un equipo de Segunda B, aunque todos sepamos que hay películas de buenos y malos, de guerras y de paz, de policías y ladrones y hasta de gángsters. A usted, querido lector, le corresponde asignar personajes.

El guión parte con una carta que se envía desde EE.UU. a la casa blanca de la Castellana, advirtiendo de que el actor Nicholas Cage estará un fin de semana en Madrid y que desea asistir al palco madridista para presenciar un partido. Inmediatamente, la maquinaria perfecta de uno de los equipos con mayor presupuesto y, consecuentemente, empleados del mundo, se pone en acción, envía la invitación correspondiente y preparan los obsequios oportunos. El día del partido, el invitado llega hasta el mismísimo palco, donde es recibido por el presidente Calderón, le obsequia con una camiseta con el nombre de Cage, posan juntos etc. El problema viene porque se ve que en el Real Madrid están un poco enfrentados a la cultura en general y al cine en particular, ya que el supuesto Cage se parece al auténtico lo que yo a Alain Delon. Es decir, la incultura que reina en el club del Bernabéu ha propiciado que su presidente hiciera un ridículo espantoso. Si a eso le suman que el director deportivo del mejor club del siglo XX tiene menos currículum que bastantes auxiliares de hospitales comarcales y que su entrenador pueda ser nominado con el premio Chiquito de la Calzada por su amabilidad, sencillez y cortesía, entonces podemos dar gracias por lo que hemos conocido en nuestra tierra.

Presencié en Chamartin el partido ante la Roma y les juraría que el peor entrenador de regional habría reaccionado observando lo que era evidente a larga distancia, y que el que tenía que verlo no lo olía, que no era otro que don Bernardo. Lo peor es que las ligas también se ganan por deméritos de los contrarios, aunque a algunos madridistas, eso no nos satisfaga.

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