-y a usted, ¿le atienden?-

Pedro Caballero-Infante / Caballeroinf@ Hotmail.com

¿Medicamentos o alimentos?

ALGUIEN puede creer que Don José se molesta por motivos pecuniarios, ¡nada más lejos de la realidad!, al oír diálogos como este:

-Niña, ¿tú entavía saca medesina par colesteró?. Yo me tomo este yogú que me lo quita denseguida.

-¡No me diga!

El boticario, al que le gustaría ser un pasota de la vida, no puede evitar corregir algo que no se ajusta en absoluto a la realidad.

-Eso que toma usted es un alimento, no un medicamento.

-Pó bien que lo dise el arradio y el hombre mayó de la tele.

Las compañías tienen muy claro, para gozo de las empresas publicitarias, que una inversión en propaganda multiplica por cien los beneficios. Otra cosa es que estas campañas sean éticas y a veces rocen lo ilegal.

- aquí lo dise.

-Ahí lo que dice es que colabora mantener los niveles normales de colesterol.

El mal llamado alimento-medicamento está en el foco de la atención farmacéutica y tiene cierta similitud con los llamados productos milagro.

- cuando sanidá deja que hagan propaganda…¡po rargo será!

-Es que hay que leer u oír con detenimiento lo que dice esa publicidad.

El farmacéutico comenta cómo, en muchas ocasiones, la Agencia Alimentaria ha llevado a los tribunales a alguna empresa que ha querido engañar al consumidor atribuyendo a algún producto propiedades que no eran exactamente ciertas y cómo los jueces, por un defecto de forma, han desestimado la demanda.

-Si usted compra un producto creyendo que con él va a adelgazar sin esfuerzo está cayendo en un grave error.

-si lo pone er prospesto y es un embuste hay que murtá a la empresa.

-Ahí está el detalle. La mayoría de las indicaciones están perfectamente redactadas para que no haya posibilidad de empapelar a los fabricantes.

Y Don José matiza que, aunque la publicidad se meta por los ojos y, en una revista, aparezca la imagen de una persona en el clásico antes y después de, no hay que olvidar el lema escrito: Este producto ayuda a adelgazar.

-La palabra ayuda garantiza al fabricante el que no podrá ser sancionado. Él no asegura que se pierda peso con sólo tomarlo, sino que colabora a ello.

-¡Que joíos por culo!

El farmacéutico aprovecha para explicar que casi todos los alimentos tienen una acción saludable para el organismo, pero que el equilibrio dietético de sus componentes bien conjugado es lo importante.

-La fruta, fundamentalmente, es agua, fibra y vitaminas. La pasta y el arroz, hidratos de carbono.

El boticario desgrana un arsenal de alimentos haciendo hincapié en sus proporciones proteínicas, lipídicas o carbohidratadas.

-Pero no es lo mismo, ante un estreñimiento concreto y agudo, tomar un laxante que quererlo curar con un kilo de acelgas. Como Doña Ramona, la vasca finoparlante, esté escuchando, mientras trastea con los productos de un expositor, y se vuelva dignamente para decirle a Carmela.

-Usted no repare en lo que le dicen porque yo tomo ese batido y me mejora las defensas. La fiel usuaria le larga:

-Si eso fuera verdá ya se lo habrían dao ar Sevilla del sí o sí.

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