El lanzador de cuchillos

Meterse en charcos

Resulta que hay violencia en el 34% de las parejas de lesbianas y el 26% de las parejas de gays

Inés Gallastegui es una periodista de raza y una mujer valiente y comprometida. Moderadamente de izquierdas -la moderación es la virtud que nos redime del pecado totalitario de la ideología-, es además una defensora de la igualdad entre el hombre y la mujer a la que nunca han cegado el victimismo ni la sed de venganza de las barbijaputas y demás bahorrina de la rentabilísima industria de género.

Usuaria responsable -y esporádica- de las redes, como tiene la mala costumbre de pensar por su cuenta y de no permitir que nadie le marque el paso con doctrinas de conveniencia, a veces se mete en charcos de los que los pusilánimes prefieren mantenerse a distancia. Una de esas veces fue hace tres o cuatro días, cuando aparecieron en el interior de un vehículo los cadáveres de dos hombres que, al parecer, mantenían una relación y cuya muerte atribuyen los investigadores a un episodio de violencia dentro de la pareja, lo que motivó el siguiente comentario de Inés en su muro de facebook: "Esta noticia sobre la "violencia intragénero" me tiene fascinada. Al hilo del hallazgo de dos hombres muertos en Priego se está difundiendo una campaña por parte de las asociaciones LGTB para dar a conocer ese fenómeno y resulta que hay violencia en el 34% de las parejas de lesbianas y el 26% de las parejas de gays (un porcentaje mayor que entre las parejas heterosexuales). Según COLEGA, esta violencia "no está centrada en los roles de género, sino en desigualdades de poder en la pareja basadas en cuestiones económicas, educativas, de raza…" ¿Soy muy rebuscada o parece que la violencia es algo consustancial a la convivencia para un cierto porcentaje de parejas, independientemente del género de sus integrantes? ¿Por qué cuando un hombre pega a su mujer se considera de inmediato violencia machista y si una lesbiana golpea a su esposa o un gay a su marido hay detrás "desigualdades de poder basadas en cuestiones económicas, educativas, bla-bla-bla"?

¿A lo mejor se ha estado exagerando la importancia del machismo -que existe, no lo pongo en duda- en los conflictos de pareja, en perjuicio de otros factores? ¿Quizá, además de asesinos machistas, hay individuos agresivos y poco capacitados para afrontar los problemas de pareja, independientemente del género y la orientación sexual?". Preguntas muy pertinentes que revelan, además, una lucidez y un arrojo poco frecuentes en las redes y, en general, en esta sociedad encogida que silencia las voces sutiles y templadas y amplifica el griterío de los idiotas y los fanáticos.

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