Cámara subjetiva

Ángeles Mora

La Moneta

DEBO a la poesía muchas cosas importantes en mi vida. Algunos sinsabores también, claro. Pero hoy tengo que darle las gracias una vez más por haberme acercado a una joven bailaora genial: Fuensanta 'La Moneta'.

Ayer, este periódico colocaba el titular 'Caviar flamenco' sobre una magnífica fotografía de La Moneta bailando en la noche del miércoles pasado en el Teatro Isabel la Católica. Y es que este año ha sido ella la encargada de abrir el VIII Festival de Otoño de Granada, encuentro flamenco que el Ayuntamiento patrocina con gran éxito cada año. Nunca me había acercado tanto como ahora al mundo del flamenco, a pesar de que es una cultura que llevamos más adentro, seguramente, de lo que creemos. Como dentro llevamos también algunas inolvidables letras flamencas que nos rondan casi sin darnos cuenta.

Por eso me extrañó y a la vez me entusiasmó el proyecto que a Teresa Gómez y a mí nos presentó un día de hace unos dos años el productor Raúl Comba: se trataba de colaborar con nuestros poemas en darle forma a una idea para un espectáculo que girase en torno al arte de La Moneta. Sería un monólogo, una reflexión a través del cante y el baile sobre la intimidad de las mujeres en su relación sentimental y vital con los hombres. La Moneta debería expresar con su baile los diferentes estados de ánimo: amor, desamor, angustia, alegría, deseo, abandonoý el hundimiento pero también la reacción, la capacidad de lucha. Todo un mundo para que la bailaora desarrollase su inagotable creatividad, luciera su fuerza y poderío, su técnica y genialidad. Participar con nuestra poesía en este proyecto ha sido muy gratificante al fin. Sin duda emociona oír tus versos desgranarse en el cante desgarrado y potente de Eva Durán. Oír y sentir cómo el hilo de la poesía se mueve por debajo del fascinante baile de La Moneta, entre sábanas tendidas al aire de la escena. Sensaciones inolvidables que me transmitió la noche.

Pero hay mucho más. Nada me pareció convencional. Los espacios, la coreografía, la luz, la sensualidad, el ritmo frenético o lento, alegre o dramático, sabiendo abrirse hacia un exquisito espectáculo flamenco y teatral, conceptual y comunicativo al máximo, donde es básica, cómo no, la mano maestra de Hansel Cereza en la dirección. Eva Durán, magnífica, que ha adaptado los textos hasta sentirlos suyos, acompañó con pasión todo el despliegue coreográfico y el personalísimo estilo de Fuensanta 'La Moneta'. Una artista granadina que va a dar mucho que hablar. Esperen un poco.

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