Nadie dimite en la Junta

No se trata de un cúmulo de errores. Ni es idea caprichosa de un juez retorcido que nos tiene manía a los granadinos

Obsérvese con detenimiento esta cantidad: veinte y siete mil cuatrocientos cincuenta y tres millones seiscientas noventa mil pesetas. En cifra es 27.453.690.000 pesetas. O lo que es lo mismo en euros, ciento sesenta y cinco millones de euros. Así, trata uno de figurarse esa cantidad en dinero contante y sonante, no ya en pesetas, no, en euros, en la moneda que circula hoy día. ¿A que tampoco se lo figura uno, verdad?

Esa cantidad no es la que se va a invertir en Granada -o su provincia- para hacer que funcione mejor ese o aquel otro sector de producción. Ni para la renovación y construcción de nuevas carreteras provinciales. Tampoco para el fomento del turismo y restauración del patrimonio histórico y artístico de nuestros pueblos y ciudades, ni para la mejora de los sistemas de regadío en la costa, ni siquiera para mejorar la enseñanza, la sanidad o el fomento de la cultura. Para nada de eso. Esa cantidad de 165 millones de euros es a lo que ha resultado condenada a pagar la Junta de Sevilla por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en apelación a una anterior del Juzgado de lo Contencioso Administrativo; que también la condenó al pago de casi ocho millones de euros menos; por el daño emergente y lucro cesante producido a la empresa General de Galerías Comerciales S. A., propiedad de don Tomás Olivo y promotora del Centro Comercial Nevada. Lo informaba Granada Hoy hace unos días.

No se trata de un cúmulo fortuito de errores. Ni de una terrible casualidad. Ni los hados malignos han intervenido en el destino de manera fatal. Ni ha sido idea caprichosa de un juez retorcido que nos tiene manía a los granadinos. No, nada de eso ha sucedido cuando se ha producido una sentencia de esa tremenda envergadura que, seguramente y al entender de los jueces, es proporcional al daño económico que la Junta de Sevilla ha causado a la empresa del señor Olivo por el tiempo en que ha permanecido cerrado el centro comercial Nevada, en tanto se substanciaban supuestos problemas de carácter urbanístico en otro juzgado -que quedaron en casi nada- y a instancias de la propia Junta de Andalucía, que ni siquiera llegó a presentarse luego a la vista en la que hubiera podido oponerse a la prueba pericial presentada por los intereses del empresario malagueño. ¡Toma del frasco, Carrasco! ¡Qué lástima de Granada!

Y ¿nadie hay responsable en la estructura política y/o administrativa de la Junta de Sevilla de este tremendo desaguisado? ¿Nadie tiene culpa de esto? ¿Ha sido una lamentable casualidad? ¿Nadie dimite? Otra vez se nos va a hacer comulgar con ruedas de molino, mientras algunos torpes, negligentes e impresentables siguen dilapidando los dineros de todos de ese modo. ¿O no?

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