Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Na(z)ionalismocatalán

Que un fanático racista ocupe la Generalitat es un peligro para Cataluña, España y Europa

La designación de Quim Torra como presidente de la Generalitat no resuelve el grotesco espectáculo montado por su jefe Carle Puigdemont, un payaso huido de la Justicia que pasó de formar parte insignificante del partido más corrupto catalán -Convergència, el del 3% que institucionalizó Jordi Pujol y que continuó Artur Mas, otro convertido al independentismo para ocultar las miserias de su partido -a ser el sucesor como líder iluminado de una Cataluña republicana e independiente, para convertir a la región más próspera de España en una república bananera, en la que todo estuviese -justicia, medios de comunicación, escuelas, universidades- al servicio de los gobernantes. Y digo que no sólo no resuelve el conflicto, sino que lo agrava, porque a un mal cómico le ha sucedido un 'ultra' de derechas, racista, xenófobo e influido por un odio enfermizo a España, los españoles y hasta los catalanes que no piensan o hablan como él, a los que llama en las redes sociales y artículos "Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio". Su pensamiento sobre la supremacía de los que considera limpios en su sangre catalana sobre los otros contaminados, hace mención especial al sur al que desprecia, como ya denunciaba Ángel Ganivet hace 150 años: "Gente (Torras se refiere a los independentistas) que se ha cansado de mirar al sur y vuelve a mirar al norte, donde la gente es limpia, noble, libre y culta. Y Feliz". Expresiones con demasiadas concomitancias no ya con las tesis racistas de Sabino Arana, sino más allá: con el supremacismo de la raza germánica sobre las demás, entre ellas los judíos, que sirvió de base del nacionalsocialismo. A ver si va a llevar razón Boadella cuando afirma que en Cataluña se está imponiendo un odio hacia los españoles o catalanes que consideran 'impuros' parecido al promovido contra los judíos en la Alemania nazi. Son los límites de los nacionalismos excluyentes.

Inculcar odios y desprecios por razón de raza, lugar de nacimiento, ideas y culturas está en lo más viejo y execrable de la historia europea, de donde no se ha extirpado del todo. Por eso hay que estar vigilantes de las futuras acciones que pueda llevar a cabo un fanático racista como Quim Torra por el peligro que supone para Cataluña, España y Europa si pretende llevar a cabo sus nauseabundas ideas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios