Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Neutraliza al drag

Pierden su fuerza convertidos en producto inocuo, una opción más que comprar en 'libertad'

Al hilo de polémicas sobre cabalgatas integradoras hasta el absurdo, me vino a la memoria un recuerdo lejano pero que me aportó luz sobre tan confuso asunto. En un brinco recordé unas deliciosas clases que recibí de Derecho Natural del profesor y escritor Mariano Maresca. De aquello hace ya dos décadas, que ya es. Sus conceptos, que tanto me costó asimilar en su momento, me sirvieron luego de verdadera brújula en esta espesa confusión en que se va convirtiendo la posrealidad en la que nos adentramos. Se agradecen con el tiempo las sabias palabras de los sabios maestros. Te da hasta cierta sensación de privilegio, ahora que los planes de estudio eliminaron el espíritu crítico de las aulas para tenernos más sumisos/ productivos a base de clases de emprendimiento y tecnologías.

¡Qué clases aquellas! Atípicas, el examen de la asignatura se aprobaba en enero y ya si no querías ir más a clase pues perfecto, pero si ibas pues subías nota. Y allí que me quedaba yo en las clases no tanto por subir nota sino más bien por pensar, un ejercicio al que aún no me habían estimulado de forma tan contundente y directa. Las clases eran de exposición y debate. La libertad de asistencia creaba un clima que ampliaba el entendimiento y las ganas de rebatir, que es lo que se lleva a los 20 años, claro.

Al caso. Resulta que allí se habló, recordé, de cómo nuestro sistema de 'democracia burguesa' es insaciable en su capacidad de neutralizar cualquier disidencia. Como un monstruo amable, en lugar de enfrentarse a los movimientos que lo cuestionan, el sistema les ofrece un puesto en el mercado de consumo (político, ideológico, moral) para que puedan vender también sus ideas y así, con esa ilusión de ser aceptados, pierden su fuerza convertidos en producto inocuo, una opción más que comprar en 'libertad'.

A esa neutralización sibilina me remitió todo este asunto de las cabalgatas y las drag queen. Igual que con otros 'productos' otrora anti sistema como Podemos o la CUP, la cabalgata-sistema quería integrar para normalizar, claro, pero también para neutralizar a una reina de la noche poniéndola a tirar caramelos mientras los padres corrían a comprar los regalos de última hora en ese gran almacén en que se está convirtiendo esta realidad mercantilizada tan normal.

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