La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La OPA de Luis

Quiere ocupar el lugar del PP en su mercado electoral por los pueblos de Granada. El de la capital ya cree tenerlo

El ciudadano Salvador ha puesto el detector de militantes y simpatizantes cabreados de PP y PSOE en marcha. Y se ha lanzado a la búsqueda de combustible local que alimente sus particulares objetivos autonómicos.

En el caso del PSOE será su pequeño triunfo contra quienes no le quisieron cuando se pidió ser secretario general, sin permiso de Teresa. En la ambigüedad ideológica del ciudadano Salvador cabe lo mismo la patria que el pueblo, la igualdad que la libertad, o el yo, confundido con el nosotros libertario. Eso sí, él nunca falta.

Hay amigos que se confunden con los peores enemigos cuando con la ventaja de la interesada amistad construyen un secreto puente hacia su derrota. Ser amigo de Sebastián, en la acera de enfrente, haber salido en su socorro, tiene una factura pendiente. Y Luis quiere cobrarla.

Antes rival que amigo.

El ciudadano Salvador ha lanzado la OPA filosebastiana contra el PP, y quiere ocupar el lugar de su mercado electoral por los pueblos de Granada. El de la capital ya cree tenerlo. Especialmente preocupante es el fenómeno naranja entre los jóvenes peperos, esa luz del futuro que el PP ha venido paulatinamente apagando sin compasión ni medias tintas.

Lo peor no es el intento, sino que el PP se deje invadir el espacio sin hacer lo más mínimo para evitarlo. En el PP de Granada están ocupadísimos buscando fantasmas anti Sebas para declararles la pena de olvido, cuando no de odio. Siguen con su particular caza de brujas, ocupando el tiempo en idear represalias contra quienes osaron discutir la autoridad orgánica de Sebastián Pérez. Y el ciudadano Salvador, entretanto, les come la tostada, sin pausa ni rubor que lo retraiga.

El déficit de alma del PP granadino hoy se incrementa con cada retraso del Gobierno, con cada indolencia retransmitida de quien manda, con cada trágala enviado desde Madrid al son marcial de prietas las filas.

Y Luis lo aprovecha porque la desgana popular, la propia y también la cercana, han deshecho su esperanza de futuro. La ilusión que hoy despiertan los naranjados hijos del ciudadano Salvador, especialmente tras el éxito en Cataluña, son el principal obstáculo para el mejor PP posible, que lucha contra su propia desgana y el escaso impulso propio. Sin entrar en el complejo ideológico, que ese es un límite que en el PP nunca muere.

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