Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Palabras de cómicos

Imitando a Puigdemont y a Iceta todos podríamos pedir salir de Europa y que se nos perdonen nuestras deudas

El humor catalán me ha parecido tan patético como el andaluz. No hemos tenido en ambas comunidades buenos humoristas: véase la literatura que es ejemplo de la culminación de los espíritus nacionales. En todo caso ha habido cómicos. Si en alguna literatura hay ejemplos de humor, elevado a categoría creadora y no a simples vulgaridades, es en la inglesa. El humor no sólo debe hacer reír, sino pensar. Pero cuando la política entra en juego, la comicidad de sus autores y sus ocurrencias suple ampliamente esa orfandad. Los políticos se han convertido en España en nuestros cómicos más reconocidos, con utilización frecuente de la mentira y del esperpento, que nos hacen regocijarnos, cosa de agradecer en tiempos donde ganan los problemas.

Cuando los políticos se convierten en el maná de los humoristas gráficos y de los columnistas -no sólo los catalanes, sino los Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias, etc.-, habría que reconocerles el papel benéfico que supera los problemas que crean. La actualidad sigue centrándose, a todos los niveles, en el 'problema' catalán, convertido a estas alturas en el 'cachondeo' catalán. Su líder indiscutible es Puigdemont, cuya última ocurrencia es sugerir que los catalanes deberían decidir, en otro de sus cómicos referendos, si quieren salir de la UE que, según el ex president es un "Club decadente y obsoletente". Esa capacidad esperpéntica está creando imitadores. El líder del PSC, Miquel Iceta, más conocido por sus dotes de bailongo, ha dicho que el Estado español debe perdonar la deuda de 52.000 millones de euros que debe Cataluña. En una palabra, que la paguemos entre todos los españolitos, a las que nos odian o desprecian muchos independentistas. Con esta propuesta deberíamos bailar al ritmo que nos sugiriera el simpático Iceta que en esta especialidad sí ha demostrado ser un maestro.

Para aumentar en estos días la dosis de humor, las autollamadas nacionalidades, comunidades autónomas, regiones, diputaciones, ayuntamientos y comunidades de vecinos deberían tomar ejemplo de estas ocurrencias y pedir salir de la decadente Europa y que se perdonen nuestras deudas, como nosotros perdonamos (¿?) a nuestros deudores. Amén, como terminaría Junqueras que confiesa, "como buen católico, haber dedicado su tiempo carcelario a la oración".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios