Mar adentro

Milena Rodríguez / Gutiérrez

Paridad en el Gobierno

Apesar de la Ley de Igualdad, en esta legislatura habrá menos diputadas que en la anterior. Esta circunstancia paradójica no es responsabilidad de los ciudadanos, sino de la astucia de los partidos políticos. Y es que las listas electorales son paritarias, pero cerradas, y las mujeres, por lo general, son en ellas el número dos de cada hombre. Es decir, las mujeres (ancladas en esos términos con las raíces lingüísticas de pares, paridad, paritorio) suelen ocupar los puestos 2, 4, 6, etcétera, de las listas (los hombres de la política dicen creer en la igualdad, y seguramente creen pero, eso sí, siempre que ellos vayan delante). Así, por muy paritaria que sea una lista, la obtención de 1, 3, 5, 7, etcétera, escaños supone a menudo que un número mayor de hombres que de mujeres pasarán a ocuparlos. Discriminación negativa en medio de la paridad, podríamos denominar a este hecho extraño pero real.

La buena noticia (discriminación positiva que intenta paliar la discriminación negativa) es que en esta legislatura habrá más mujeres con la autoridad de un ministerio. O sea, tendremos más ministras que ministros. Entre las ministras, hay una que por las características que reúne (algunas permanentes, otras temporales), seguramente se convertirá en una de las figuras más llamativas del gobierno. Me refiero a la ministra de Defensa que, en primer lugar, es catalana, y es positivo, en medio de tanto nacionalismo disparatado y anacrónico, que un catalán dirija la defensa de España. En segundo lugar (no establezco jerarquías en este orden), es mujer, y será la primera vez en este país que una mujer ocupe un Ministerio tan asociado al ámbito de lo masculino. En tercer lugar, y acaso este hecho sea realmente el más significativo, la ministra de Defensa está embarazada, y parirá pronto, pocos meses después del inicio de su mandato. Es éste uno de los casos en el que la raíz pari tendrá verdaderamente un beneficio para las mujeres de todo el país. Porque parir en medio de una tarea supuestamente tan grave e importante como la defensa del país deja sin argumentos a cualquier empresa que esgrima ese motivo para no contratar a una mujer. ¿Qué labor, empleo, trabajo, puede implicar más esfuerzo y dedicación que la defensa del país?

La recién nombrada ministra del recién creado ministerio de Igualdad debe darse la tarea de impulsar la paridad dentro de la paridad. Le propongo dos medidas: promover la presencia de mayor cantidad de mujeres en los números 1, 3, 5 de las listas electorales. Y más mujeres embarazadas en los cargos públicos.

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