Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Pedro Vaquero

Es una pérdida considerable para una alianza (la establecida con IU) liderada por una generación en la que pocos saben 'su' latín

Pedro Vaquero sabía latín. Lo estudió en el bachillerato y lo perfeccionó en centros de la Compañía de Jesús en Valladolid, Salamanca, Comillas, Madrid y otras ciudades españolas antes de arribar a Granada en la primera mitad de los 70 del "olvidado" siglo XX. Para entonces ya había renunciado a los votos de pobreza, castidad y obediencia, ya se había perdido para la causa divina y entregado a otra causa, la humana. Pedro ingresó en el Partido Comunista y en Comisiones Obreras y fue mucho de lo que se puede ser en política: secretario provincial del sindicato y diputado nacional y autonómico. Más bajo que alto, macizo, dotado de un saludable aspecto rural antes de que lo descarnara el cáncer, lucía un acento varonil, una gestualidad pausada y una cordialidad que no le impidió defender con radicalidad sus ideas. Era un ser combativo que ya a finales de los 90 vislumbraba los peligros futuros, los triunfos y abusos del capitalismo financiero. Fiel a Julio Anguita cuando el Partido Comunista pasó por sus peores momentos y el número de afiliados en Granada rondaba los 1.800, mantenía con clarividencia que un PC marginal acarrearía la derechización del PSOE y la conversión de la política española en una mala imitación de la estadounidense. Pese a ello, trató de tender puentes de unión al Partido Socialista.

Muy culto, aficionado a la poesía, la novela y el cine, licenciado en Derecho y en Filosofía Pura, experto en psicología evolutiva, programación de ordenadores y doctrina marxista, puso todo su conocimiento y capacidad de trabajo, que era mucha, al servicio de aquellos que, como él, apostaban por "un proyecto de transformación social rojo, verde o violeta". Y lo hizo sin granjearse apenas enemistades personales merced a la bonhomía y el autocontrol que siempre llevó a gala. Así que, cuando lo asedió la enfermedad, continuó la batalla viviendo "en paz con los hombres"… y en guerra con sus entrañas y con el neoliberalismo. Aunque perdió fuelle, dio lo que pudo y escribió artículos hasta el final, el penúltimo en el mes de noviembre, en el que tomaba partido por Pablo Iglesias frente a Íñigo Errejón en la batalla desatada en Podemos. Su desaparición supone una pérdida considerable para una alianza (la establecida con Izquierda Unida) necesitada de experiencia y liderada por una generación que maneja muy bien el inglés, pero en la que pocos saben el latín, los latines, reales y figurados, que Pedro Vaquero dominó a lo largo de su vida.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios