Opinión

Miguel Hagerty

Populismo revisitado

LLEVO toda la semana pensando en este auténtico engendro de la nueva ideología (las ideologías no han muerto) de extrema derecha que ya no hace mucho para esconder sus sucias partes. Nada menos que en un editorial de El País, lunes 23, encuentro con todo el aplomo del mundo la expresión "Sarkozy sigue la estela populista de Berlusconi", o algo muy parecido.

La estela populista a que se refiere es la expulsión masiva de gitanos de Francia, igual que la populista Italia. Consideraciones legalistas como ir en contra de todos los convenios habidos y por haber en el trato de ciudadanos de la Unión Europea, nos encontramos delante de un caso del peor racismo de la historia de Europa. Se trata de odio racial puro y duro que no tiene ninguna explicación ni justificación.

La historia trae tela. Recuerdo que poco después de estos últimos ultrajes, aparecieron varios representantes de diferentes asociaciones de gitanos en España pidiendo, rogando, al Gobierno, que condenara estas acciones racistas -todavía prohibidas por la Constitución-; siguen esperando una respuesta, y tendrán que seguir esperando porque el racismo antigitano español está demasiado arraigado.

A finales de los ochenta hubo problemas racistas en la izquierdista y abertxale Hernani, cuna de valientes luchadores por la libertad y defensores del Pueblo Saharaui. Estos bravos rojos de pacotilla, estos hipócritas profesionales sacaron de sus casas a los gitanos que llevaban generaciones allí y les expulsaron del pueblo. Despreciable, pero no se ha vuelto a oír del problema del racismo en Hernani; muerto el perro, se acabó la rabia.

Recién fundada la primera asociación de Gitanos de Granada en 1980, más o menos, se recibió una llamada de unos amigos en Pegalajar, apacible pueblo de Jaén, que habían tenido que soportar amenazas e insultos por un problema ridículo. El miedo que pululaba por las calles era espantoso porque no había pasado realmente nada, pero el odio irracional de siglos pudo con la convivencia.

¿Quieren más? ¿Qué tal la escandalosa quema de casas en Mancha Real hace algunos años? Todos tenemos muchas anécdotas de casos de racismo contra los gitanos pero nadie hace nada, ni harán nada hasta admitir con todas las de la ley que España, Andalucía y Granada padecen del más rancio racismo.

Sólo hay que arrimarse a cualquier conversación en un bar y no tardará ni cinco minutos en caer un chiste anti gitano, y eso que son precisamente los gitanos que han llevado la bandera de Granada por lo más alto del mundo. ¿Envidia? Probablemente, pero se acaban riendo igual, los muy cretinos.

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