PORr tercera vez consecutiva la falta de acuerdo entre los miembros del Consejo General del Poder Judicial impidió ayer la elección del sustituto de Augusto Méndez de Lugo al frente el Tribunasu Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Todo indica que los desacuerdos de orden político en el órgano de gobierno de los jueces ha contaminado la elección del presidente del TSJA, lo que en la práctica puede suponer un retraso indefinido en la cobertura de la vacante. Basta ojear los periódicos de la última década para comprobar la importancia, el peso y la trascedencia que ha adquirido en nuestra comunidad el alto tribunal. En Granada, reconocida en el Estatuto como capital judicial de Andalucía, la importancia es aún mayor. Pero en conjunto el TSJA se ha convertido en un órgano de importancia capital para garantizar la equidad y, por supuesto, la calidad de la justicia entendida como un servicio público. Por tanto, el hueco en la presidencia del TSJA es una grave carencia que afecta a la administración de justicia de la comunidad con más organos jurisdiccionales del país. Su cobertura es crucial y urgente.

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