Agostados

Ignacio Martínez

Previo pago de su importe

Aver. ¿Creen que Terry Jones está loco? No sé si está cuerdo, pero el reverendo Jones es además muy listo. Ahora podrá vender libros a grandes editoriales por millones de dólares. Y aparecer, previo pago de su importe, en grandes espectáculos de la televisión mundial. Ya ha empezado. Ayer ya salió en el show Today de la NBC, en donde explicó que había suspendido la quema de coranes porque Dios le estaba diciendo que parara. Verán como incluso lo intentan traer a nuestras norias y a nuestros sálvame. Y vendrá cobrando, la criatura.

Como cobrando lleva años yendo a los programas de la televisión basura española la banda de pícaros que expolió Marbella durante quince años. Julián Muñoz, previo pago de su importe, cuenta en la televisión lo que haga falta, sobre Pantoja, Zaldívar o el lucero del alba. Lo dice todo, menos afrontar sus responsabilidades.

¿Creen, por ejemplo, que Aznar dio gratis su conferencia en el congreso judío mundial de Jerusalén la semana pasada? ¿Se acuerdan?, un discurso en el que acusaba a Obama de abrazar a los enemigos de los Estados Unidos y criticaba su afán por establecer una nueva relación con el mundo musulmán. No, esas intervenciones se hacen previo pago de su importe. Poderoso caballero es don dinero. Ése fue el argumento de Álvarez Cascos para justificar la espiral de precios de las viviendas cuando estaba en el Gobierno: los pisos suben porque los españoles pueden pagarlos.

Pasa lo mismo con las encuestas. Un amigo mío encargó siendo director de Informativos de Telemadrid una encuesta para ver quién ganaría las elecciones en la Comunidad de Madrid en 1991. Salió que el presidente Leguina las perdería. Mi amigo se ganó muchos reproches. Leguina, que es estadístico, decía que las encuestas las carga el diablo. Lo diabólico es que si quien las paga es persona interesada le salen a pedir de boca. Cuando un partido encarga una encuesta, previo pago de su importe, sale mucho mejor parado que si lo hace su rival. Por eso Tomás Gómez queda mal en el sondeo contratado por su enemigo mortal y compañero del partido José Blanco. Leguina, por cierto, perdió las elecciones de 1991.

Locos no sé si hay muchos, pero listos hay todavía más. Ya ven.

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