LAS elecciones del pasado 26-J han ofrecido una nueva victoria del PP mejorando el número de escaños a costa de Ciudadanos, aunque de manera insuficiente para formar gobierno en solitario. Corresponde a Rajoy trabajar de una vez por todas para conseguir los apoyos necesarios y para ello ya está tardando pues, aún hoy, no se conoce cuál es el proyecto de gobierno para el que pretende que las fuerzas políticas le den su apoyo.

Espero que Rajoy no esté aún sumido en ese estado de shock de la noche electoral cuando nos dijo desde el balcón de la sede del PP que era el discurso más difícil de su vida. Seguro que agobiado por saber que ante las medidas comprometidas por su gobierno a Bruselas, iba a incumplir sus promesas electorales de acabar con los recortes y bajar los impuestos.

Hace dos días, Bruselas ha pedido nuevos ajustes a España ante "la falta de medidas eficaces" y ha anunciado que se da inicio al procedimiento para multar a España con 2.000 millones al considerar "improbable" que cumpla las metas del déficit en 2016.

En este contexto, Rajoy debe buscar los apoyos en las fuerzas políticas que comparten el ideario de la derecha política. En especial, con Ciudadanos. No es el PSOE quien debe dar el apoyo al nuevo gobierno y por tanto, es disparatada la idea de la gran coalición o la abstención.

En estas próximas semanas se van a despejar algunas incógnitas que son esenciales para la política española. Una de ellas, es el proyecto concreto que tiene Rajoy para esta legislatura: cómo quiere asegurar el sistema público de pensiones que está en serio riesgo de sostenibilidad; cómo va a afrontar las exigencias de Bruselas para el control del déficit público o cómo va a resolver el desafío territorial de Cataluña. Otra, es si va a ser capaz de incorporar al proyecto a Ciudadanos y en consecuencia, si Rivera elimina el requisito de que Rajoy se vaya por su responsabilidad en los casos de corrupción o si, por el contrario, lo mantiene.

Es el momento de Rajoy por decisión de los votantes; el momento de que mueva ficha y nos ofrezca sus propuestas quitándose la careta moderada que ha pretendido dar en la campaña, porque va a ser imposible mantener los compromisos electorales de hace solo 14 días de "bajar los impuestos y acabar con los recortes".

Solo en el caso de que Rajoy sea incapaz de ampliar el número de diputados que apoyen su investidura hasta el punto de que hubiera que ir a nuevas elecciones, será entonces momento de analizar nuevos escenarios en el posicionamiento del PSOE. Ahora, es el tiempo de Rajoy.