Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Ruido de fondo

HE leído la voluminosa sentencia (veintiocho folios de letra apretada) en la que la Audiencia de Granada revoca otra anterior de un juzgado ordinario y absuelve al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, de injuriar y coaccionar a un canónigo. Salvo la prolija descripción de lo acontecido entre el prelado y el sacerdote, que ya conocíamos, el resto de la sentencia carece, digamos, de emoción. Ni para bien ni para mal. ¡Pura técnica jurídica!

Aunque la demanda judicial del sacerdote ha constituido un extraordinario best seller periodístico repleto de pasajes de capa y espada, declaraciones incontinentes, desplantes, fintas y lanzadas, plasmados en toneladas de papel de prensa y horas de grabaciones de televisión, su conclusión y cierre es justo lo contrario: técnica, lánguido y críptico. En manos del tribunal la tensión se vuelve un asunto oscuro y enigmático. El tribunal resuelve a favor del arzobispo la "controversia", y cito literalmente, entre el dies a quo del cómputo del plazo de prescripción, o fecha de comisión del delito, y el dies ad quem, o fecha de resolución del citado plazo. Es decir, entre lo que dijo el prelado y la denuncia del canónigo había transcurrido tiempo suficiente para librar a los sucesos de responsabilidad penal.

Como suele ocurrir siempre que un asunto de gran trascendencia social acaba enterrado en la letra implacable de un pronunciamiento judicial, mucha gente se ha quedado perpleja. Perpleja por el desgaste emocional inútil desplegado durante meses y meses y por la aparente fatuidad de toda la pasión malgasta por los protagonistas en su larga y rocosa querella. Sin embargo, al margen del fallo, nos queda, como dijimos, el relato de los hechos, no por conocidos menos perturbadores. Y en el relato siguen llamándonos la atención pasajes y frases diversas, como ese admonitorio "con látigo te enseñaré a obedecer" con que el arzobispo recrimina a su canónigo en santo furor jerárquico.

Y es este inflamado sonido de fondo, al margen de su validez penal, lo que retendrá la memoria. La memoria pasmada de los que vivimos al margen de las iglesias y la memoria de muchos católicos escarnecidos por la actitud de su prelado -entre ellos esos 132 sacerdotes, la mitad de los que hay en la provincia- que han firmado un escrito en el que reclaman desesperadamente el traslado del arzobispo a otro destino. Con el prelado, dicen, "ha aumentado la desconfianza, la indiferencia y la apatía entre los sacerdotes" y la Curia se ha convertido en un lugar distante donde los curas se sienten "como extranjeros en un país extraño".

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