Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

El Ruiz que arda

Si el domingo la ciudadanía vuelve a tomar las calles de manera masiva, la Junta no tendrá otra que ceder

Está la realidad y está la verdad institucional, las dos muy tozudas y enfrentadas. Están los responsables técnicos y políticos municionados con estadísticas, cifras, datos, informes… dando cuenta sin cesar del aumento del número de operaciones quirúrgicas o de los ingresos hospitalarios para mejorar la penosa percepción ciudadana del funcionamiento de la Sanidad en Granada. Y está esa imagen que vale más que mil palabras oficiales del servicio de Ruiz de Alda, el Ruiz que Arda en expresión de Jesús Candel, colmatado de griposos, de ancianos doloridos, pudorosos e impacientes. Allí, con cristales rotos en el pecho, devorados por un fuego interior helado, aguardaron como ganado hasta dos días para que les proporcionaran una cama en la que descansar y esquivar la mirada ajena. ¿Colapso? No, lo siguiente. El caos era tal que, para afrontarlo, los responsables decidieron abrir una planta en el Clínico. ¡Vistos los cojones, macho!

Han acertado, aunque tarde; y, en medicina, un acierto tardío suele ser un fracaso, en ocasiones fatal. Este fracaso, además, es grave y revelador, puesto que los casos de gripe se multiplican y agudizan con el frío y las predicciones meteorológicas se realizan con una antelación y una precisión que roza lo sobrenatural. Una semana antes se conocía con absoluta seguridad el nivel de humedad y los grados exactos de temperatura en los días en que estalló la epidemia. Luego, una de dos: o la falta de previsión ha sido escandalosa o no se ha hecho más porque no se puede, porque la desorganización es considerable o los recursos insuficientes. O ambas cosas juntas y revueltas.

En esta situación llega la protesta del día 15, la tercera convocada por las plataformas críticas, en la que no cuentan con el apoyo del clima ni de los sindicatos de clase. Si, pese a ello, constituye un éxito, si la ciudadanía vuelve a tomar las calles de manera masiva, la Junta no tendrá otra que ceder y afrontar la rectificación de los errores cometidos o empezar a dar por perdida Granada para la próxima cita electoral. La marea blanca también estrellará a Francisco Cuenca contra las rocas en 2019 en caso de que prefiera permanecer de costado a zambullirse en ella para cabalgar después la ola. Por no decir una sola vez ¡yeah! acabará repitiendo muchas veces ¡ay! El dolor no negocia. A la tercera manifestación puede ir la vencida.

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