Postales desde el filo

Sánchez en Andalucía

Pedro Sánchez y Susana Díaz ofrecerán por ahora una imagen de unidad; lo contrario sería suicida

El secretario general Pedro Sánchez clausurará, junto a Susana Díaz, el congreso que el PSOE de Andalucía celebra este fin de semana. La dirigente andaluza, respaldada por una mayoría abrumadora de delegados, será reelegida por aclamación. Aunque habrá que esperar a los cónclaves provinciales -para los que, se supone, que el sanchismo andaluz reserva sus fuerzas- para saber hasta qué punto la humillante derrota en las primarias devaluó su liderazgo en Andalucía. Por ahora ofrecerán una imagen de unidad, lo contrario sería suicida. Está por medio el asunto de la plurinacionalidad, pero tan abisal es la distancia entre Díaz y Sánchez que hasta eso parece un asunto menor. Además, poco puede hacer el congreso regional al respecto. Sólo les queda preguntar por el rango que correspondería a Andalucía en esa "nación de naciones" que el PSOE cree que es España. El socialismo andaluz siempre se ha mostrado contrario a definir Andalucía como nación. No así IU y PA o la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, que afirma que "Andalucía de alguna manera es una nación". Según unos estudios, de hace una década, el 1,5% de los Andaluces creían que éramos una nación. Y el 1,6% se inclinaba por el término nacionalidad, que, pese a todo, fue el adoptado en la reforma estatutaria. No sé si ha cambiado la opinión pública al respecto. Lo que sí se han intensificado han sido los localismos y las tensiones interprovinciales.

La propuesta de Sánchez tiene algo de reinicio. Los constituyentes se inclinaban por un modelo territorial asimétrico en el que se reconociese a las nacionalidades históricas el derecho a un mayor grado de autogobierno. De hecho, en el franquismo terminal se reivindicaba en las manifestaciones en toda España "libertad, amnistía y estatutos de autonomía", reclamando los derechos históricos de vasco y catalanes. La distinción entre nacionalidades históricas y regiones no era ajena al espíritu de la época. Pero el referéndum andaluz del 28F de 1980 lo cambió todo. Abrió camino al actual modelo igualitario en el que tan incómodo se encuentran los nacionalistas. No sé si la solución al problema territorial pasa por volver al consenso sobre un modelo asimétrico. Algunos dirigentes autonómicos socialistas sí lo creen. Pero el escollo será el PSOE andaluz, que tendría que renunciar a su historia y a unas señas de identidad que explican en buena medida su dilatada hegemonía electoral en esta tierra.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios