La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sánchez, sin brújula

¿Qué ha querido decir Sánchez? ¿Que si él fuera presidente no respetaría escrupulosamente la ley?

Si la política sólo fuera el respeto escrupuloso a la ley, gobernarían los jueces. Los políticos no se pueden esconder detrás de tribunales". ¿Qué ha querido decir Pedro Sánchez con estas palabras? ¿Que la política no es sólo respeto escrupuloso a las leyes? ¿Que los políticos deben ignorar los dictámenes de los jueces y del Constitucional? ¿Que si él fuera presidente del Gobierno no respetaría escrupulosamente la ley? ¿Que -como profetizó Guerra- Montesquieu ha muerto y no hay separación de poderes? ¿Que los políticos que acatan las leyes hacen una dejación de sus responsabilidades y se "esconden" detrás de los tribunales? La frase es preocupantemente antidemocrática.

En su torpe estrategia, sin salida posible, de aunar su negativa al referéndum independentista y la crítica al PP por no establecer un diálogo que sabe que es imposible mantener mientras la Generalitat vulnere la Constitución, el líder socialista se ha envuelto en una maraña de absurdos que van de esta frase tremenda que enfrenta como cosas distintas la política y el "respeto escrupuloso a la ley" al galimatías de la plurinacionalidad, la nación de naciones o la solución foral que él sabe que no satisface a los independentistas, pasando por el agravio que supondría que se hiciera una quita de deuda de Cataluña como "parte de una agenda superadora de la situación actual de desafío independentista".

Abundando en lo anterior, y en una entrevista concedida a La Vanguardia, Sánchez también ha dicho que "existen elementos con los que el Gobierno de España debería empatizar: la financiación autonómica, el reconocimiento de las singularidades y la personalidad nacional de Catalunya, dentro de nuestro ordenamiento jurídico y político". Él, usted, yo y el porquero de Agamenón sabemos que la financiación autonómica afecta a todas las autonomías, no solo a Cataluña, y que su proyecto federal agravaría las cosas al hacer imposible las desigualdades/privilegios (País Vasco y Navarra) fiscales hoy existentes; que "las singularidades" de Cataluña ya están reconocidas en nuestro ordenamiento autonómico y que lo de su "personalidad nacional" es imposible más allá de una cierta retórica sin efectos políticos concretos que para nada satisface, más bien lo contrario, a los independentistas. No se trata de simpatías o antipatías hacia el PSOE de Sánchez, sino de hechos objetivos y sentido común. Este tipo navega sin brújula.

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