Sentencia indignante

Pone el acento en cómo y cuanto se resistió la víctima, en lugar de enfatizar en los agresores

Hace apenas 48 horas que se dio a conocer la sentencia del juicio a los cinco jóvenes de la manada acusados de violación a una joven de 18 años en las fiestas de san Fermín de 2016.

Una ola de indignación recorre España ante esta sentencia desde el mismo instante que se conoció el contenido de la sentencia. Yo también estoy indignado al igual que millones de mujeres y hombres en nuestro país.

La víctima entró con cinco hombres de madrugada en un portal desconocido, donde le bajaron las bragas y empezaron a mantener relaciones sexuales con ella, ante lo que se sintió "impresionada y sin capacidad de reacción", con "un intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera, manteniendo la mayor parte del tiempo los ojos cerrados". En dos vídeos, la joven aparece "agazapada, acorralada contra la pared por dos de los procesados", y expresando "gritos que reflejan dolor". En otras imágenes "se manifiesta la situación de sometimiento y sumisión de la denunciante a la voluntad de los procesados", mientras uno de ellos hace un gesto de "jactancia, ostentación y alarde".

Los entrecomillados son afirmaciones que están en la sentencia como hechos probados. Si eso no es una agresión sexual con intimidación y uso de la violencia, entonces ¿qué es?

Esta es una sentencia indignante por muchos motivos; citaré sólo algunos. Por una parte, por la inconsistencia de la condena y la calificación del delito en relación a los hechos probados. Otro motivo se refiere al voto particular de uno de los tres magistrados que considera poco menos que culpable a la joven violada. Este magistrado debiera ser amonestado y sancionado por el poder judicial. Y finalmente, es una sentencia indignante por persistir en la visión machista de la violencia sexual contra las mujeres que pone el acento en cómo y cuanto se resistió la víctima, en lugar de enfatizar en los agresores.

Estoy seguro que instancias superiores enmendaran esta decisión que si es indignante, lo sería aún más de haber podido asistir en directo a las deliberaciones de un tribunal cuyo proceder perjudica seriamente la imagen de la justicia.

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