Crónica Personal

Sexo, mentiras y cintas de vídeo

Causa estupor los términos en los que se expresan respecto a Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy

A buen entendedor no se le escapa que en algunas cintas se escuchan comentarios de los que se deduce que el sexo tuvo también su papel en el oscuro mundo de la corrupción, aunque eso pertenece al ámbito privado y allá cada cual con su conciencia y con sus adulterios. Lo que importa es que en las múltiples grabaciones de conversaciones que se publican estos días y en años anteriores, se comprueba que las mentiras, la hipocresía, los rencores y las venganzas son moneda corriente en el proceloso mundo de la corrupción política.

Las grabaciones que se publican en las últimas fechas, relacionadas con los casos Gürtel y Lezo, demuestran que entre miembros de un mismo partido con frecuencia las amistades indestructibles son absolutamente falsas, se descalifica al superior o inferior al que públicamente se considera colaborador de lealtad incuestionable y se hace la cama al amigo más cercano para sacar provecho económico o político.

En tiempo, provocó escándalo una grabación en la que Txiki Benegas se refería a Felipe González como el "One". El uno, el jefe, el supremo, al que mencionaba con cierta condescendencia después de unos años en los que González y Benegas eran uña y carne. Ese One que hizo correr ríos de tinta un juego de niños, cuando se conocen las conversaciones de personajes tan poderosos en el PP como Eduardo Zaplana, Ignacio González o Francisco Granados, con la ayuda inestimable del "conseguidor" Majarliza, hoy colaborador de la policía.

Causa estupor los términos en los que se expresan respecto a Esperanza Aguirre y Rajoy, de cuyas ejecutivas y gobiernos formaron parte destacada, pero sorprende aún más cuando se conoce la relación personal que les unía, aparentemente sólida y sincera.

Los jueces determinarán sin hubo delito en las actuaciones de aquellos que tanto conversaron entre sí sin saber que estaban siendo grabados. Pero la reflexión a la que se llega tras escuchar o leer el contenido de esas conversaciones es que la política es una profesión amarga: las lealtades son escasas. Los intereses económicos y las ambiciones personales alcanzan incluso a aquellos que, desde fuera, parecían torres indestructibles que nunca cederían ante la tentación.

Sin embargo, han caído un buen número de ellas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios