Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Sociedad movilizada

Granada tiene un enorme potencial de crecimiento, y se dan condiciones objetivas para ello

En Granada, se han abierto las grandes alamedas. Una sociedad resignada ha dado paso a otra más movilizada, en defensa de lo que considera sus intereses legítimos. En este contexto, planteo un decálogo de andar por casa para que esta agitación social se traduzca en el cambio real que Granada necesita.

Primero, es fundamental que las reivindicaciones sean en positivo, y no siempre a la contra. El objetivo es que las salas de apelación penal se constituyan en Granada porque aquí está la sede del TSJ según el Estatuto, no tanto evitar que se vayan a Sevilla o Málaga. Parece lo mismo pero no es igual. En ese sentido, en segundo lugar, debemos huir del victimismo, que tanto nos ha caracterizado. No es que "nos quieran quitar", es que "tenemos derecho a", y reclamamos ese derecho. Y lo reclamamos, en tercer término, con respeto, sin insultos ni descalificaciones. Podemos entender que los abogados sevillanos y malagueños quieran que las salas de apelación se creen allí pero nosotros vamos a defender que deben estar en Granada. El cuarto punto es que deben utilizarse argumentos, no exabruptos; articularlos bien y elegir a quienes puedan defenderlos con criterio. En quinto lugar, la movilización ciudadana es un instrumento que debe acompañarse de otros. Hay que negociar con quien sea necesario, aun con el Consejo General del Poder Judicial, y, en su caso, utilizar los resquicios legales que se abran. Según el sexto punto, debe evitarse el corporativismo; siempre hay colectivos directamente afectados, pero la lucha debe verse como una aspiración compartida por la mayoría de la sociedad. En séptimo lugar, también deben evitarse los mesianismos; son necesarios los líderes pero la lucha debe ser colectiva, no puede servir para alimentar egos. En octavo, debemos aspirar a conseguir nuevos objetivos; no sólo a conservar lo que ya tenemos. Hay que ser imaginativos y apoyar las ideas que puedan surgir para el desarrollo económico y social. En noveno lugar, no cabe la depresión colectiva ante un fracaso sino que inmediatamente hay que levantarse para luchar por otro objetivo. Si no viene la Agencia Europea del Medicamento, ahí está el acelerador de partículas. Finalmente, como décimo apartado de este decálogo, debemos creer en nuestras posibilidades. Granada tiene un enorme potencial de crecimiento, y se dan condiciones objetivas para ello: Parque Tecnológico de la Salud, nuevo sistema de movilidad interurbana e incluso, algún día, hasta conexiones ferroviarias de alta velocidad. En fin, una comunidad política movilizada mira al futuro con optimismo.

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