las dos orillas

José Joaquín León

Sócrates en Portugal

Alo largo de la historia, hemos tenido a tres Sócrates famosos, uno más que otros. El principal fue el primero, el filosófo griego, que causó un hondo impacto en el pensamiento universal sin escribir ni un solo libro, sobre todo gracias a su discípulo Platón, que difundió sus enseñanzas. Sócrates famoso fue también un futbolista, que nació en Belem (la de Brasil) como un mesías del fútbol, además de terminar la carrera de Medicina, cosa rara en un futbolista; y él lo era de tronío, pues fue considerado uno de los mejores centrocampistas de toda la historia, e incluido por Pelé entre los 125 mejores jugadores vivos. El tercero es José Sócrates, el líder socialista que ha dimitido tras recibir una buena paliza en las elecciones de Portugal. Este es menos famoso, pero acaba de demostrar que es un hombre consecuente.

Lo ha sido porque ha dimitido, después de fracasar en las elecciones de Portugal como candidato del Partido Socialista. No como otros, que siguen hasta que terminen de aburrir. El señor Sócrates, que tenía la mayoría en el anterior Parlamento, se ha quedado con 73 escaños, frente a los 105 del centroderecha representado por el PSD de Passos Coelho. Lo que ha ocurrido en las elecciones generales de Portugal es muy parecido a lo sucedido en las municipales y regionales españolas el pasado 22 de mayo.

En este país lo que pase en Portugal parece que importa poco. Es un error. A fin de cuentas, están en la Península Ibérica. Por otra parte, su historia reciente es parecida. Tenían un Gobierno socialista encabezado por este Sócrates, que era como el Zapatero de allí, a su modo, que tampoco afrontó debidamente la crisis. Se encontró con el agua al cuello y le tuvo que pedir el salvavidas a Europa para el rescate. Ya digo que más o menos como el otro, sólo que este rescate salía más barato; al otro le dijeron que se rescatara él mismo, y en esas sigue.

Hay, no obstante, una sensible diferencia. Después de perder con rotundidad las elecciones, el Sócrates portugués no se ha sacado a un Rubalcaba de la chistera, sino que ha dimitido. Ahora los socialistas convocarán un congreso extraordinario del PSP para elegir líder y afrontar unos añitos en la oposición, a hacer méritos. Por el contrario, el otro de aquí, que no tiene apellido de filósofo, ni piensa más allá de lo justo, mañana mismo va a dimitir, ni se le ocurre. Se comporta como si esto no fuera con él. Convocar un congreso extraordinario para elegir a un nuevo secretario general tampoco entra en sus previsiones. Hay que cerrar filas, que es como hacerse los locos.

Después de 25 años en la política, este Sócrates se va a su casa, abandona. Las elecciones han sido para él como tragarse una cicuta en Lisboa. Pero el vecino de al lado sigue a lo suyo.

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