El muro de la rambla

Pedro Asensio

Sugerencias para políticos

 HAY momentos en los que uno piensa que sus opiniones son infalibles e inequívocas; se tiende a exponer  criterios propios en clave definitiva, con ese aire de suficiencia que raya la altanería o la vanidad. Ese riesgo existe cuando se escribe una columna de opinión, por ejemplo. Conviene saber a qué atenernos, aceptar las reglas del juego y prepararnos para las críticas. En realidad, la mayoría de la gente desea que los otros acepten sus verdades como si absolutas fueran. Quiero pensar que esto puede deberse a los síntomas propios de la inmadurez. Para evitar ese riesgo, yo prefiero sugerir antes que aconsejar, y añadir  siempre esa coletilla de "a mi modo de ver" en todo lo que escribo. Podría ser el título de la columna, aunque poco original, ¿no? Lo que queda de artículo va para los que se incorporan por primera vez al trabajo municipal y ya andan enfrascados en el frenesí de la política. A veces me preguntan sobre las claves de la gestión municipal. Tengo apuntado en una libreta los errores más comunes.

También he publicado en un libro aquellos aspectos que considero útiles. Es fundamental que reserven una parte de su vida, de sus amigos, de sus conversaciones, de su tiempo libre, a cualquier cosa que nada tenga que ver con la gestión municipal, de no ser así, corren el riesgo de convertirse en seres zafios y brutotes. Preparen muy bien las reuniones de grupo y las juntas de gobierno en donde se dirimen temas controvertidos. Resulta más importante que un pleno municipal o un debate en televisión en el que habrán de debatir con los adversarios políticos. El desgaste surge en las fricciones con los propios compañeros. Antes de hablar, hay que tomar aire. No es ninguna tontería. Cuando uno se sulfura, suele olvidarse de algo tan sencillo, se aturulla con las palabras y termina afectando a la cabeza. Ah, y no griten nunca, es inútil y hasta ridículo. No vayan a comer fuera, salvo contadas excepciones. Por supuesto, prohibidos esos encuentros gastronómicos en los que uno es invitado para abordar asuntos importantes. O se trabaja o se come, las dos cosas son incompatibles. La sangre termina acumulándose en el estómago y la cabeza se ahueca. Muchos empresarios son expertos en hacerte la pirula, que es la versión moderna de llevarte al huerto. Apunta en un bloc tus propuestas de mejora, las ideas que quieres impulsar y los problemas a solventar. Y lee, lee mucho. Quien lee se expresa mejor. Un 80% de tu éxito reside en cómo te comunicas. Sé honesto y auténtico. Trabaja con entusiasmo y si no, a casa, que no estamos para soportar a incompetentes. No te preocupes por las críticas de opinión, no son decisivas. Finalmente, cada mañana, ante el espejo, di: soy imperfecto y mortal.

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