La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Tenim vergonya

Haber abusado para enervar su proceso será claramente una rémora para los amantes del aislamiento catalán

No era difícil imaginar que la encerrona a los más altos representantes del Estado español se había servido en bandeja. Convocados para manifestarse contra los terroristas, se preparó el terreno para, aprovechando la ocasión, hacer independentismo en las mismas narices de las autoridades estatales. Para ellos, compartir el dolor con las víctimas no era lo prioritario. Del Tenim por al Tenim vergonya sólo hay unas horas de diferencia.

El Govern, profundamente desleal a la mano tendida de Rajoy, con Puigdemont subido a la parra usando groseramente los atentados de Barcelona y Cambrils para hacer proselitismo de su causa indepe, obcecado en su soberbia, metió la quinta marcha del orgullo españófobo, dejándose adelantar por la izquierda por una CUP escasa en votos, pero decisiva en el Parlament.

La manifestación del sábado era la gran oportunidad del ilegal prúces. La propia asistencia a la manifestación, no tan numerosa como era de esperar, daba a entender que junto a los bienintencionados asistentes, habría una gran parte aleccionada desde los sectores proclives al secesionismo con un objetivo bullanguero y algo gamberro, totalmente distinto al que Colau proclamara junto a la convocatoria.

La ocasión les puso a huevo el tocomocho separatista para mutar la ira antiviolencia terrorista dirigiéndola contra España, allí presente a través del Rey y del presidente del Gobierno.

Haber abusado de esa oportunidad para enervar su proceso será claramente una rémora para los amantes del aislamiento catalán. Insultar a quienes llegan desde el resto del Estado a estar solidariamente al lado de su dolor es una vergüenza, un grave error estratégico para la causa separatista. Han descubierto su vena intolerante que alertará a la gran mayoría silenciosa (que no salió a la calle temerosa de ser utilizada), sobre la catadura moral de ciertos compañeros de viaje en esa Cataluña aislada del mundo que proponen. Del Por a la Vergonya en un rato.

A poco que no se caiga en la tentación de responder a la clarísima provocación del independentismo; a poco que se sepa encauzar y acomodar esa especial ubicación de Cataluña en el engranaje territorial de España; a poco que Rajoy siga ofreciendo serenidad y una actitud implacable contra la usurpación de la legalidad, no dejaremos de recordar la manifestación del sábado como una vergonzante anécdota dentro de la historia de Barcelona.

Contra su provocación, serenidad. Contra su ruptura, la ley. Y contra su ira, nuestro abrazo. Que no venzan a la razón quienes abusan de su condición.

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