Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Tifón en el PP

PRIMERO fue el alcalde de Otura, Ignacio Fernández, el que agitó la balsa de aceite donde flotaba beatífico Sebastián Pérez, pero el viernes Gabriel Díaz Berbel convirtió la brisa de Fernández en tifón y el ligero oleaje, en marejada. ¡Mírenlo, Eolo cabreado! El ex alcalde de Granada divulgó inesperadamente un comunicado que dejó atónitos no sólo a los aludidos (Sebastián Pérez y los suyos) y al resto de militantes del partido sino también a los periodistas, sobre todo los veteranos, para quienes la reaparición de Kiki supuso una suerte de regresión a los tiempos hoscos de la derecha granadina, cuando se perdía o ganaba un congreso por un puñado de votos y las corrientes divergentes (e incluso cismáticas) eran el pan de cada día. Un día, por cierto, habrá que agradecer a las elecciones del 9-M no sólo los efectos inmediatos y evidentes sino también los complementarios y, en particular, los purgantes, tanto en un partido como en otro.

El comunicado de Díaz Berbel tiene dos aspectos de interés. El primero es el relativo a los pulsos entre las diferentes familias que aspiran a lograr cuotas de poder en el partido. El segundo tiene que ver con algo que rebasa los límites de la curiosidad interna y apela a la atención pública, la de los gastos de campaña y, por ende, de la financiación.

Kiki ha pedido en ambos casos cuentas a la dirección del partido. Ya lo hizo en privado en la última junta directiva provincial, pero no trascendió fuera de la sala. Díaz Berbel asegura que existe un "descontento generalizado entre buena parte de la militancia, cargos públicos y orgánicos del partido" y que es necesaria, por tanto, una candidatura alternativa a la de Pérez. Pide también claridad, "claridad meridiana en las cuentas del partido" y en la financiación de la "campaña personalista" de Sebastián Pérez al Senado. ¿Qué ha habido? El rumor ha estado en la calle desde que, en la pasada campaña electoral, los electores observaron que, a tenor de la propaganda que pendía de farolas, pértigas y cables, el PP sólo parecía contar con un solo y omnímodo candidato al Senado, Pérez.

Como escribió en nuestro periódico José Antonio Montilla, en las aceras y medianas de las avenidas ondeaban los sebastianes en mayor profusión que los marianos y javieres. ¿Dispuso Sebastián de una financiación distinta o adicional? Hay quien asegura que el propio Pérez, cuando se dio cuenta de la avalancha publicitaria con su nombre sintió pudor pero era demasiado tarde.

Ahora los militantes le piden cuentas. Es cierto que Kiki es un militante baqueteado por las circunstancias, acosado por los odios y símbolo de un partido de otra época. Pero también es sincero. Quizá su sinceridad ha sido su principal bagaje, para bien o para mal. Y pide explicaciones.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios