CRISTIANO Ronaldo dice que está triste. El presidente catalán Artur Mas sostiene que hay cansancio en la relación entre Cataluña y España, y prepara el escenario para un divorcio por mutuo acuerdo. Pacífico. Pero más allá de declaraciones grandilocuentes, el que está cansado y triste es el pueblo español. Desorientado por completo. Ayer la manifestación que los sindicatos y otros dos centenares de organizaciones habían convocado en Madrid reunió a varias decenas de miles de personas. Después de la Diada en Barcelona, con centenares de miles de participantes, la de Madrid no resulta un clamor, sin ser un fracaso. La gente está tan harta y cansada que no acude en masa a una manifestación contra los recortes.

Lo cierto es que no hay noticia de cómo salir de este atolladero. Hay que hacer políticas de crecimiento, pero nadie dice cómo. ¿De dónde se saca el dinero y a qué precio? Los manifestantes protestaban por cosas muy diversas: unos querían menos políticos, en lo que coincidirían con el Gobierno; otros están indignados con las ayudas a la banca, pero sin sistema financiero se hundiría la economía nacional; otros insisten en que no se pueden reducir los presupuestos de sanidad, o servicios sociales, o educación. ¿Hay dinero para todo y a qué precio?

El PP pide a la oposición que colabore, arrime el hombro y reme en la misma dirección. Todo lo que no hicieron Rajoy y los suyos cuando Zapatero estaba en el Gobierno. Cospedal acusó ayer al PSOE, sin mencionarlo, de poner piedras en el camino. Hay gente que no tiene memoria. Ni pudor. Los socialistas hablan de recaudar más impuestos, pero cuando estaban en el poder no redujeron el fraude fiscal. Y los sindicatos piden un referéndum sobre los recortes y amenazan con una huelga general. El Gobierno ha emprendido un viaje a ninguna parte y ni Rajoy ni sus opositores tienen ni idea de cómo salir del agujero. Entre tanto, ya son dos millones los españoles entre 15 y 30 años que ni estudian ni trabajan. Mas también quiere un referéndum; sobre la independencia de Cataluña. Ignoro por qué está triste Ronaldo. Pero al pueblo español, en su desamparo, le sobran argumentos.

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