Francisco González García

Tutorías con sentido y sin absurdos

El docente contesta al llamamiento del Defensor Universitario para cumplir con los alumnos

HACE unos días se informaba en Granada Hoy sobre el escrito remitido a los profesores de la UGR acerca de la obligación del profesorado de dedicación a tutorías durante TODO el curso académico. En efecto, como director de Departamento recibí tal escrito y lo reenvié a todos mis compañeros docentes y entiéndase que esta tribuna no intenta en absoluto defender o disculpar lo más mínimo a aquellos profesores, que por supuesto que debe haberlos, que se saltan las tutorías y no las cumplen debidamente.

Empero escribo estas líneas para dar sentido y luz a algunos aspectos que pueden quedar poco claros o que son poco conocido sobre la cuestión de las tutorías. No todo son cuestiones jurídicas ni interpretaciones de normas, ni acuerdos de Consejo de Gobierno, ni artículos del Código Civil, ni interpretaciones o proverbios jurídicos, todo lo cual llena el escrito de nuestro estimado Defensor Universitario; con el que por otra parte estoy totalmente de acuerdo en que el profesorado debe cumplir sus tutorías. Creo que se requieren varias aclaraciones.

Primera: las tutorías las pone el profesorado en su horario a su libre arbitrio. Habitualmente en huecos entre clases o en días que no tiene docencia. Cuestión muy adecuada para poder cumplirlas. No hay imposición alguna. Pero, ¿qué ocurre si tu centro cierra por las tardes en algunos días o semanas, caso del mes de julio por ejemplo, y tu pusiste las tutorías por las tardes? Muchos profesores asociados tienen docencia por la tarde, no pueden poner tutorías por la mañana y les ocurre. No hay problema, cambias las horas, lo publicas y se lo comunicas a los alumnos por las plataformas digitales, por facebook o hasta por twitter. Esta aclaración debe ponerles en alerta sobre que las tutorías tienen horarios modificables, por esta razón o por otras variadas. Hay docencia sin cubrir que luego tienes que asumir y afecta a tu horario, más modificaciones de horarios, cientos de reuniones de gestión académica múltiple, convocatorias de exámenes... Que obligan a estos cambios. En teoría esto se resuelve, en muchos casos, con un post-it amarillo en la puerta del despacho indicando que no puedes atender las tutorías ese día o en tal y cual momento. En pureza jurídica lo mismo habría que comunicarlo por todas las vías anteriores y otras que seguro que los sacrosantos controles de la excelencia universitaria exigen. Pero quizás eso fuera absurdo.

Aclaración segunda. La tecnología nos permite enviar las calificaciones a los estudiantes e informarles de en qué momento preciso se pueden resolver cuestiones sobre su calificación, aparte de tutorías. Si un profesor utiliza esa ventaja tecnológica, el profesor y sus estudiantes pueden entender que ya no están vigentes las tutorías y aunque lo estén la realidad dice que los alumnos ya no aparecen. Por supuesto que el profesor puede no usar esa herramienta de información y cumplir sus tutorías normales y que sus estudiantes las usen para tales consultas, hasta el último día de exámenes y del mes de julio.

Aclaración tercera. Se dice en el escrito del Defensor que: "durante el periodo de exámenes es cuando más necesita un estudiante la tutoría" y que por tanto hay obligación de recibirlos en las mismas. Se indica que el periodo de exámenes es no lectivo y que por ello algunos profesores no cumplen las tutorías interpretando que no hay obligación. Hace bien el Defensor en recordarlo, pero creo que no es realista en su afirmación sobre cuando necesitan más los alumnos las tutorías. Y me explico. La tozuda realidad académica nos dice que los estudiantes hacen muy poco uso de las tutorías durante el curso y que si un estudiante tiene dudas durante un semestre mal camino lleva al acudir en el último momento, o sea, antes del examen.

Los docentes sabemos muy bien que será justamente antes del examen cuando se te llenará la tutoría y creo que, mayoritariamente, las cumplimos. Mi personal discrepancia es que opino y creo que cuando más necesita el estudiantado las tutorías es durante el periodo lectivo, pues para eso están esas horas de tutoría, para completar explicaciones, aclarar dudas, proporcionar información, etc.

Otra cuestión es que los estudiantes no hagan uso de ellas y que pasemos horas y horas sin hacer una verdadera tarea docente tutorial. Las tutorías no son solo las dudas antes del examen. Reducirlas a eso les quita sentido y es absurdo, sin necesidad de escritos, recordatorios ni interpretaciones jurídicas.

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