Universitarios

España es uno de los mayores productores mundiales de licenciados universitarios

En España tenemos más de cincuenta universidades públicas y no pocas universidades privadas. En Teruel se pueden estudiar siete carreras. Soria también tiene su campus universitario, en el que se pueden estudiar Ciencias Sociales, Humanidades, Ingeniería y Ciencias de la Salud. Zamora también lo tiene, con ofertas de pregrado en Derecho, Ingeniería, Ciencias de la Salud y Magisterio. Si he citado estas tres ciudades -Teruel, Soria y Zamora- es porque son las menos pobladas.

¿Es esa una buena o una mala noticia? En principio puede parecer una buena noticia, pero no sé si es tan buena cuando pensamos en los niveles de desempleo a los que están condenados esos licenciados. No sé dónde leí que sólo en Madrid había más licenciados en Derecho que en toda Francia. Y lo mismo podría decirse de muchas otras carreras. Se mire como se mire, España es uno de los mayores productores mundiales de licenciados universitarios. Otra cosa es saber el nivel que tienen, casi siempre excelente en las carreras técnicas -sobre todo Medicina, Aarquitectura e Ingeniería-, pero no tan bueno en las carreras de humanidades, en las que es muy fácil encontrarse a licenciados que jamás han cometido la osadía de leerse un libro de una cierta complejidad. Pero lo que es innegable es que esos datos demuestran que no están muy justificadas las protestas continuas de algunos estudiantes y profesores por las amenazas que se ciernen contra la educación pública española. La verdad -la triste realidad, diría yo- es que tenemos un exceso de estudiantes universitarios a los que es muy difícil dar salida en una economía que no crezca al ritmo desenfrenado de China o de cualquier otro país emergente. Y no sólo eso, sino que en muchas de esas universidades hay casi más profesores que alumnos. Repito que las tres ciudades menos pobladas del país tienen todas su campus universitario, pequeño, sí, pero que sigue fabricando cada año sus licenciados.

Los problemas educativos que tenemos son enormes, pero quizá el principal problema es que nadie parece capaz de establecer un diagnóstico claro de la situación. Y ese diagnóstico debería partir, si un día se hace, de esa incómoda realidad: creamos muchos más licenciados de los que podemos emplear. Y como es normal, esos licenciados se sienten estafados. Ya me dirán cómo puede arreglarse eso.

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