Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

El arzobispo merecido

Es una mina para los periodistas, una lata para sus feligreses y no digamos ya para los religiosos que le sufren

La espiritual de Granada sigue siendo parroquial, guste o no. Puede que en las ciudades ya se note menos, pero en los pueblos es una obviedad. Por eso es clave en la provincia quien ocupa ese puesto crucial.

Hubo arzobispos inteligentes, buenos o funcionariales pero nunca que se recuerde un mandamás que anunció sin saberlo las maneras de Trump pero con sotana. Y en Graná, no veas. Eso es estar en la vanguardia equivocada, como en tantas otras cosas. Es ser singulares por atrás, como en ser la única capital de provincia sin tren o tener las dos grandes 'empresas' de Andalucía en nuestra tierra (Sierra Nevada, la Alhambra) y no pillar cacho del tema. A esta ciudad le tocó la china en lo espiritual también y así va la cosa eclesial, más en los titulares de la prensa que en las obras pías, más en los tribunales con el primer arzobispo en el banquillo o en las portadas con curas amigos de hacer marranadas con chiquillos (y que los cerdos perdonen esta comparación odiosa).

No encuentro a quien le defienda. Y eso que tengo amigos capillitas, tantos como cristianos de base, curas, monjas, gente de misa dominical y poco más o católicos puntuales. Todos le despellejan como si fuera el fardo que no podían recolocar en Córdoba y que sin saber dónde esconderlo lo mandaron paGraná; o como si fuera el ariete de los Kikos a los que les reparte parroquias; o el enemigo de los jesuitas y su flamante facultad; y ya no te digo sus homilías (me he tragado algunas) en las que se percibe a un hombre culto pero necesitado de reciclaje teológico y moral.

Un poema de personaje. Del victimismo martirial pasa a los golpes de pecho mediáticos cuando le da el toque el Papa mismo. Es una mina para los periodistas, una lata para sus feligreses y no digamos ya para los religiosos que le sufren, que hasta firmaron un insólito escrito pidiendo a Roma que les liberara de semejante cónsul sátrapa y nefasto.

Pero nada. Ahí sigue como si tal. Capeando temporales retratándose en Cristo, dando abrazos en las procesiones al estilo populista y escondiendo trapos sucios que un día u otro estallarán.

Parte de la regeneración necesaria de la provincia pasa porque el Papa que más ateos siguen le releve. La ciudad se lo agradecería. Sería menos beata para ser más de verdad.

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