El mítico libro de Fernando Fernán-Gómez ('Las bicicletas son para el verano') tendría sus matices en Granada, donde el estío deja en la ciudad temperaturas cercanas a los 40 grados. Con este sol de justicia, hacer ejercicio a determinadas horas del día puede convertirse en un deporte de alto riesgo. Por eso, si durante estos meses de calor se recurre a la bicicleta para hacer deporte, será imprescindible hacer alguna que otra parada a la sombra, hidratarse y comer algo para evitar los golpes de calor propios de estas fechas.

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