Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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El comisario Montalbano y la UCO

El caso Cifuentes ha desatado una causa general contra la Universidad y sus prácticas corruptas

El caso Cifuentes ha desencadenado una causa general contra la Universidad. Aunque ya llevaba ella tiempo de capa caída. Aparte de sus males endémicos, aireados estos días, el que los licenciados que forma, tengan que emigrar para encontrar trabajo, la perjudica. Institutos y universidades gozaban de mucho prestigio cuando esas instituciones eran filtros tupidos que sólo dejaban pasar a los niños de los ricos, pero que también permitían que los hijos listos - y después las hijas- de artesanos, trabajadores manuales y jornaleros tuvieran la posibilidad de estudiar el bachillerato o una carrera universitaria. Había pocas universidades y pocos institutos. Muy selectivos y con un poder extraordinario de promoción social. El affaire Cifuentes ha puesto al descubierto que la clase política se ha buscado la forma de obtener títulos fraudulentamente y que Roma, es decir el poder, no paga a los falsificadores. Cifuentes no ha sido la única persona beneficiada por el chalaneo de unas universidades cosidas a pieza al poder, el del PSOE o el del PP. Todo muy grave. Una prueba más de que los profesionales de la política han arrasado con todo lo público. Además, resulta especialmente repugnante que a la política se venga sólo a servirse de ella y no a servir al público, y que los políticos se atrevan a decir, con desvergüenza, como acaba de hacer Cospedal, que "tenemos que defender lo nuestro y a los nuestros". ¿La cosa nostra? Definición muy precisa de lo que es actualmente un partido político. La cosa viene de lejos: cuando Pezzi, el maniobrero político andaluz, se creyó en la obligación de defender a su compañera de partido Paca Pleguezuelos que, tras fracasar estrepitosamente en lo del Milenio, fue premiada por la Junta con un puesto en Bruselas, argumentó con descaro que Pleguezuelos "había sido capaz de anteponer el interés de su organización -el PSOE- y de su Gobierno -el socialista- al interés personal". Y a la gente, que la zurzan. Los partidos actúan cada vez más como la Mafia. Si quieren consolarse, vean los sábados en TV2 la serie El comisario Montalbano. El hombre se empeña en defender el interés público en un pueblo controlado por dos familias mafiosas, la de los Cuffaro y la de los Sinagra. A su lucha titánica, le encuentro cierto parecido con la de la UCO.

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